PP y Cs no deben abstenerse

Pero no porque Sánchez no quiso hacerlo cuando sí debía, sino porque hacerlo significa convertirse en cómplices de un individuo cuyo descaro roza el absoluto.

En su día, el PSOE tuvo que retirar de la circulación a Sánchez para poderse abstener y permitir con ello la investidura de Rajoy. Lo dejó políticamente vivo, y Sánchez logró volver, para desgracia del PSOE y de España. Ahora se dispone a saquear a los españoles, subiendo, y además exageradamente, los impuestos, sin que quepa descartar que vaya a eliminar desgravaciones, y a llevar a la ruina al mayor número posible de ciudadanos, todo ello para complacer a la infame parejita de la mansión, que quiere tanto a los pobres que hará lo posible para que haya muchos más. Con esos me queda la esperanza de que toda esa chulería que se gastan con la Guardia Civil acabe por pasarles factura.

Ya todo el mundo se ha dado cuenta, o eso se desprende de la lectura de lo que dicen de él, que Sánchez solo tiene interés por sí mismo y que sí para conseguir sus propósitos tuviera que hacer ministro de Defensa a Ternera, o a Otegui, lo haría. En estas condiciones, sorprende que la gente lo haya votado, pero así ha sido y de ello cabe llegar a la conclusión de que España esta en una fase autodestructiva, como cuando votó a Zapatero, para luego volcarse masivamente con Rajoy, a la espera de que éste hiciera un milagro, función para la que no está preparado. La decepción posterior solo se entiende si se parte de las elevadas expectativas que se habían depositado en él. Si hubiera vuelto a ganar con suficiencia, ahora no tendríamos a este golfo en el gobierno. Cabría avisar al personal de que Casado tampoco tiene pinta de hacer milagros, por lo que la destroza que va a hacer Sánchez no va a tener arreglo, como tampoco la ha tenido gran parte de la que hizo Zapatero.

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