Resulta difícil de comprender que Pablo
Casado esté tan contento tras los catastróficos resultados
electorales.
Entiéndase que no son calamitosos para
él solo, sino para todos los españoles; también para quienes han
votado a las fuerzas destructivas, entre las que está el PSOE de
Sánchez, y de Borrell, el pobre (qué descansados se van a quedar
los funcionarios del ministerio en el que estaba, aunque no deberían
cantar victoria, porque seguramente pondrán a uno peor).
La insensatez de los padres de la
Constitución, que permitieron que los enemigos de la democracia
pudieran participar, está poniendo de manifiesto todo el peligro que
encerraba esta actitud.
El mapa político que resulta de estas
elecciones y de las del mes pasado es tenebroso. Que el PP esté en
condiciones de recuperar Madrid es como si le hubiera tocado la
pedrea en la lotería.
¿Sería mucho pedir exigirle a Casado
que dimita, por si hubiera alguien en el PP con más energía y más
capacidad para oponerse a ese sinvergüenza consumado que es Sánchez?
El mapa resultante es triste. En Valencia
siguen los mismos golfos en la alcaldía. Cómplices de los
catalanistas, partidarios de los fantasmagóricos pastisssoss
catàlanss, sueñan con borrar la lengua española y sustituirla por
el dialecto catalán. Y los han votado. Hemos de seguir aguantando a
Ribò y a Oltrà. ¿De qué se alegra Casado? Debería estar triste y
compungido. Lo único bueno es que Podemos ha perdido fuelle, pero
entre los protegidos de Maduro y Compromís no hay tanta diferencia.
En Barcelona ha perdido Colau, pero ha
ganado Maragall, que seguramente es peor. El PP recoge la siembra que
hizo Aznar. Y ese es otro error de Casado, no haberlo sabido hacer
callar.
Es incomprensible que Casado esté
contento, incluso hoy en día, cuando lo políticamente correcto es
reír siempre, aunque se esté en un entierro. Si hubiera mostrado
preocupación, habría dado idea de ser más coherente.
'2016.Año bisiesto'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
No hay comentarios:
Publicar un comentario