Los presos la montan en el Congreso

La española es una política de trileros que cada vez va a peor. Será difícil encontrar otro lugar en el que haya tanta gente de la peor calaña.

Los presuntos golpistas, cuyas trapacerías se van viendo en el juicio que se sigue contra ellos, no se fían de Sánchez, y es lógico que sea así, puesto que todo el mundo debería saber ya que no es de fiar. Una de sus últimas jugarretas fue la de proponer a Iceta para presidente del Senado, cuando no había forma legal de que lo pudiera ser. ¿Es que el PSOE no tiene servicios jurídicos que podría haber consultado? ¿No podría haber hecho la consulta a los del Estado? O quería tomar el pelo a los españoles una vez más, o es un burro, o la democracia le importa un bledo y se comporta como un dictador que se pasa las leyes por el forro cuando quiere.

Los presos presienten, a la vista de las pruebas que van apareciendo en el juicio, que les va a caer una buena condena, y no se fían de que Sánchez los vaya a indultar. Saben que buena parte de los electores socialistas no vería con buenos ojos el indulto, de modo que él intentará buscar la fórmula para engañar a unos y a otros, como es su costumbre, y le va saliendo bien.

Ellos juegan sus cartas y saben que una fuerte presión social puede llevarle a cambiar de idea y tratan de enardecer a sus ya enloquecidos seguidores, que no son los catalanes, sino los catalufos. Para ello, cuentan con armas, que vienen utilizando de forma impune durante todo el tiempo. ¿Se atreverá Sánchez a quitarles la TV3, para evitarse problemas indeseados, y a explicarle al conde, como hizo González en su día, que quién le echa un pulso lo pierde? 

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