Me refiero a dos señoras excepcionales. Una de ellas, María Corina Machado, está llamada a marcar una época, y la otra, Isabel Díaz Ayuso, si se dieran las circunstancias quizá también lo estuviera. Ambas están llevando con mucha elegancia sus luchas contra unos dictadores con muchos cadáveres a sus espaldas. A Sánchez hay que atribuirle los muertos por el virus chino y los de la dana. El sistema español no ofrece a los ciudadanos ninguna posibilidad de defenderse de un sinvergüenza de este calibre. Afortunadamente, si cae Maduro, tendrá que caer Sánchez también.
Supongo que el sátrapa venezolano se hubiera ido ya, si tuviera dónde ir. ¿A Rusia? ¿Y para qué quiere Putin a un tipo como Maduro en Rusia? Lo quiere en Venezuela, teniendo todo en orden y bajo control, y así parecía que estaban las cosas, pero Corina tiene una calculadora en el cabeza, una capacidad para observar el alma venezolana y una decisión que tiene muy poca gente. Ha encontrado el resquicio, el único que había, y ha derrotado a Maduro, mucho más limitado intelectualmente, que no lo vio venir. Ha ejercido desde entonces una represión violenta, brutal, que es lo único que sabe hacer, y prácticamente se ha quedado solo en el mundo. No es probable que China o Rusia se esfuercen mucho en su defensa, puesto que si lo hicieran perderían muchas simpatías en la zona.
Ayuso ha estado a favor de Corina desde el primer momento y le ha exigido al gobierno de España que también la apoyara, pero todos sabemos que aquí estuvo Delcy, con sus cuarenta maletas, que Zapatero va y viene, etcétera. Entonces, ya sabemos todos que si Maduro no lo vio venir, Sánchez y Zapatero tampoco.
Corina ha llamado a todos los venezolanos a salir a la calle el día 9, un día antes de la toma de posesión, para que Maduro se dé cuenta de quién manda en realidad en Venezuela.
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