Es fácil, en mi caso, no cruzarse con políticos puesto que suelen frecuentar lugares a los que no me acerco. Pero a veces se da el caso, con González Pons me habré cruzado dos o tres veces. Hay que llevar cuidado con ese, porque lo suyo podría ser contagioso.
Hay que tener en cuenta también que antes de dar el saldo a Madrid, González Pons sembraba el caos en Valencia. Todo el mundo, excepto Camps que lo nombraba y Feijóo que lo hace ahora, que es inútil e inconsistente moral e intelectualmente. Afortunadamente, salí bien librado, no sentí que se cerniera sobre mí ningún peligro.
A Ábalos solo lo tuve cerca una vez. Ya no era ministro y acaso tampoco tuviera a su disposición las putas que le pagábamos entre todos. Se ve que eran unas cuantas. Con estas cosas nunca podemos pensar que lo sabemos todo, porque esta gente es de miedo. Desde Felipe González, los socialistas -no todos en su época- hacen una cosa y dicen otra. Ábalos concretamente se las daba de todo lo contrario de lo que el juez instructor está descubriendo que es, pero seguramente confía mucho en Pumpido y en Sánchez, de lo contrario ya le habría contado todo al juez.
Ayuso, para mí, es la mejor política española del siglo XXI y parte del XX. Me habría gustado coincidir con ella en algún lugar de Madrid cuando he ido a la capital. Con Sánchez es imposible que se diera el caso, puesto que cierran todas las calles por las que ha de pasar, en el caso de que lo haga a pie. Que Ayuso es una gran política lo corrobora el hecho de que la izquierda la odia más allá de sus fuerzas, y trata de destruirla por todos los medios, y dentro del PP se la envidia mucho. Todo eso lo sabe llevar muy bien la presidenta y no me sorprendería que estuviera predestinada para una responsabilidad mayor.
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