Me sorprende que no se hayan escapado todavía, pudiendo hacerlo con toda tranquilidad, como es el caso en estos momentos. Hay una explicación lógica para esto, que surge del narcisismo del Felón. No querrá estar ni un día menos fuera del sillón. De momento, David ya tiene el permiso para vivir en Japón, o sea que la cosa cunde.
Begoña ya está imputada por cinco asuntos y en cualquier momento le pueden retirar el pasaporte. Vamos a ver por qué aguanta tanto, o es que piensa que su maridito tiene poderes extraordinarios, cuando la realidad es que viene metiendo la pata una y otra vez. Como ella. El caso es que se creen impunes desde aquel «somos más». Y desde aquel momento que la justicia los viene cercando, a uno detrás de otro. O de otra. Y ellos cada vez necesitan hacer más concesiones a esos otros gracias a los cuales «son más».
Begoña es la reina de cinco causas, cualquiera de las cuales, o todas juntas, pueden llevarla a la cárcel. Y eso es una vergüenza. La esposa del presidente del gobierno, la que siempre sonríe, la que pagaba a las putas del negocio familiar. Pedro y Begoña son muy listos, tanto que ella tiene cinco imputaciones, y ya veremos las que le tocan a él cuando la rueda gire hacia su lugar. Es sospechoso que no haya querido reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela. Se intuye, y en esta intuición hay considerables proporciones de certeza, que Zapatero tiene una gran fortuna procedente de Venezuela. Quizá la tenga en este mismo país o repartida en varios. ¿Y Sánchez qué? Pues en España estuvo Delcy, que tiene prohibido pisar suelo europeo, con cuarenta y una maletas, que desaparecieron, y estuvo tonteando con Ábalos, al que sacaron de la cama para que se viera con ella. Algo ha de tener Sánchez en este negocio.
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