A
priori no se ve relación entre la doctrina cristiana y la constante
incitación al odio por parte de algunas monjas que andan sueltas por
Cataluña. Ahora bien, lo Biblia lo deja bien claro:
-
Por sus hechos los conoceréis.
Y
los hechos dicen que a la Iglesia le gusta estar al lado de los
poderosos. Esto es especialmente sangrante en el País Vasco, en
donde las víctimas del terrorismo no han podido encontrar el
consuelo que necesitaban. Y siguen necesitando. El orate Arana ha
hecho mucho daño, pero son muchos los que lo veneran, incluido uno
que es reacio a comprarse un peluquín.
En
Cataluña, hasta las monjas se han tirado a la calle. Y los abates, y
los obispos, y los cardenales. Los españoles cuyo comportamiento es
más democrático no merecen ningún respeto por parte de estos
representantes de Dios en la tierra. Se da el caso, incluso de que
estas monjas le ponen los cuernos a Dios, con el que están casadas,
porque prefieren dedicarse a otros menesteres. Incluso alguna de
ellas ha dicho que está enamorada de Mas, y con esto está dicho
todo.
Todos
estos pequeños detalles no parecen interesar mucho al papa, quizá
porque su misión es más elevada, pero también se puede pensar que
es por temor a perder clientela. Lo suyo es quitarle clientes a Evo
Morales, pero no perderlos por criticar a la peste nacionalista.
El
cardenal de Barcelona ha encargado una conferencia a Rahola, que no
es monja, pero no tiene nada que envidiar a esas otras de las que
venimos hablando. Está igual de mal que ellas. O quizá sea que le
rinde pingües beneficios de toda índole proclamar su odio hacia la
gran mayoría de españoles.
El
odio es un sentimiento tan humano...¿verdad?, que resulta difícil
sustraerse a él, sobre todo si levantar esa bandera con gracia
proporciona notoriedad y también dinero, el gran dios al que nadie
falla. Esas monjas eran totalmente desconocidas cuando le eran fieles
a Dios.
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