miércoles, 12 de octubre de 2016

Carmena de España

No cabe duda de que Carmena es un singular producto español. Actividades similares a las suyas no podrían tener lugar en ningún otro país de nuestro entorno, comenzando por Marruecos y pasando por el Reino Unido y Francia.
Esta Carmena a veces se las da de reivindicativa; es decir, quiere hacer creer que reivindica las causas justas, pero eso no se lo cree ni ella. Por ejemplo, nunca ha reivindicado que los trabajadores a los que se les debe dinero cobren. Nunca ha reivindicado que el trabajo es sagrado y que enriquecerse con el esfuerzo de otros a los que se promete una remuneración y luego no se les da es inmoral.
La especialidad de la actual alcaldesa de Madrid, de la que las víctimas del terrorismo no deben tener buena opinión por el trato que daba a los etarras cuando fue titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, consiste en meter el dedo en el ojo, metafóricamente hablando, a parte de la población. Hay un sector que le ríe todas las ‘gracias’ y con ese es con el que quiere quedar bien. Lo hizo al colgar la famosa pancarta, que afea la fachada del ayuntamiento, Refugees Welcome, en clara invasión de competencias ajenas, cosa esta que está de moda hoy en día. Buena parte de nuestros políticos actuales piensa que su función no consiste en trabajar para todos los ciudadanos, les hayan votado o no, sino la de ofender a los que creen que no.
La última carmenada ha consistido en colgar una bandera rara en el ayuntamiento de Madrid, capital de España, cuando se celebra una fiesta que debería ser entrañable para los españoles y para todos los pueblos de habla hispana.
Pero los hay que, dando pruebas de que su salud mental deja mucho que desear, consideran que el 12 de Octubre se celebra un genocidio.


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