Pero no lo hace adrede, sino que como, al
igual que los demás catalanistas, tiene tanto desparpajo cada vez
las dice más gordas y esto que ellos han bautizado como el proceso
ya es más risible que otra cosa, salvo para los papanatas, que son
capaces de asumir el lenguaje de los sediciosos y así, por ejemplo,
hablaban del conflicto vasco cuando no había tal, sino unos tipos
que mataban y otros mierdas que giraban la cara y esos mierdas son
los que ahora votan a Bildu, ese partido tan grato a los
secesionistas.
Incluso han invitado a algún etarra a
dar una conferencia en Barcelona y lo han recibido con todos los
honores, esos mismos que en otras ocasiones han negado a personas
como Rosa Díez, que sí los merecían.
Y es que en los separatistas no hay ni un
ápice de decencia. Teóricamente, el separatismo es una opción
legítima. No habría nada que reprochar nada a los separatistas si
actuaran de forma cabal. Pero ocurre que todo lo que hacen es ilegal,
estúpido, falsario, risible y condenable. Todos los que apoyan las
actuaciones de estos indecentes son iguales que ellos. A la vista de
su modo de proceder no cabe más que vaticinar su fracaso. Lo que se
hace mal no puede acabar bien.
Para comprender el ridículo de esas
gentes basta con seguir el enlace siguiente y leer parcial o
totalmente lo que le dicen a Rahola:
Aunque también cabe pensar que a ella
eso le da igual, puesto que gracias a su astucia ha logrado
asegurarse las lentejas para toda su vida, y también las de su
descendencia, a la que procura ventajas sobre el resto de los
mortales.
El problema es que toda esta locura de
personas insensatas repercute en otras muchas que sin tener culpa
alguna sufren las consecuencias.
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978. El año en que España cambió de piel'
'Por qué España'
‘Búsqueda y desarrollo del talento’
'Filosofía, teología y el sentido de la historia'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978. El año en que España cambió de piel'
'Por qué España'
‘Búsqueda y desarrollo del talento’
'Filosofía, teología y el sentido de la historia'
4 comentarios:
Separatismo como aspiración teóricamente legítima si cabal. Una frase muy política. Implica que cada uno puede aspirar a teorizar ideológicamente con honradez, justicia, íntegramente, sin locura ni coacción hacia nadie. Limpiamente con atino. Decir la verdad, haciéndolo con decencia razonada y razonablemente, con justicia y obrando como siente. Por lo que el sentimiento que emane de uno ha de aspirar a ese criterio. Si el sentimiento no produce lo “descrito” ni siquiera uno debería atreverse a tal aspiración. Luego, en la misma fase teórica, debería preguntarse por el encaje legal. Sí, por la legalidad. Pero también por su posibilidad práctica. Si es imposible es una quimera y si es una quimera lo “prudente” y “templado” es no atreverse con ello. No quiero meterme en terreno ciceroniano y decir que todo aquello que separe a los hombres, bien porque les dañe o bien porque no les sirva, no ha de ser justo. Va a ser que al final sin entrar en la cualidad justa de lo legal como justo, razonable y equitativo y para que no discuta con aquello de lo que el de Aquino me contó sobre las leyes injustas, no me voy a atrever ni tan siquiera a atisbar tal hipotética aspiración, no sea que vaya a acabar en Salud Mental. ¿Conoce alguien a una persona tan normal? Estoy seguro de que Vicente sí.
Separatismo como aspiración teóricamente legítima si cabal. Una frase muy política. Implica que cada uno puede aspirar a teorizar ideológicamente con honradez, justicia, íntegramente, sin locura ni coacción hacia nadie. Limpiamente con atino. Decir la verdad, haciéndolo con decencia razonada y razonablemente, con justicia y obrando como siente. Por lo que el sentimiento que emane de uno ha de aspirar a ese criterio. Si el sentimiento no produce lo “descrito” ni siquiera uno debería atreverse a tal aspiración. Luego, en la misma fase teórica, debería preguntarse por el encaje legal. Sí, por la legalidad. Pero también por su posibilidad práctica. Si es imposible es una quimera y si es una quimera lo “prudente” y “templado” es no atreverse con ello. No quiero meterme en terreno ciceroniano y decir que todo aquello que separe a los hombres, bien porque les dañe o bien porque no les sirva, no ha de ser justo. Va a ser que al final sin entrar en la cualidad justa de lo legal como justo, razonable y equitativo y para que no discuta con aquello de lo que el de Aquino me contó sobre las leyes injustas, no me voy a atrever ni tan siquiera a atisbar tal hipotética aspiración, no sea que vaya a acabar en Salud Mental. ¿Conoce alguien a una persona tan normal? Estoy seguro de que Vicente sí.
Separatismo como aspiración teóricamente legítima si cabal. Una frase muy política. Implica que cada uno puede aspirar a teorizar ideológicamente con honradez, justicia, íntegramente, sin locura ni coacción hacia nadie. Limpiamente con atino. Decir la verdad, haciéndolo con decencia razonada y razonablemente, con justicia y obrando como siente. Por lo que el sentimiento que emane de uno ha de aspirar a ese criterio. Si el sentimiento no produce lo “descrito” ni siquiera uno debería atreverse a tal aspiración. Luego, en la misma fase teórica, debería preguntarse por el encaje legal. Sí, por la legalidad. Pero también por su posibilidad práctica. Si es imposible es una quimera y si es una quimera lo “prudente” y “templado” es no atreverse con ello. No quiero meterme en terreno ciceroniano y decir que todo aquello que separe a los hombres, bien porque les dañe o bien porque no les sirva, no ha de ser justo. Va a ser que al final sin entrar en la cualidad justa de lo legal como justo, razonable y equitativo y para que no discuta con aquello de lo que el de Aquino me contó sobre las leyes injustas, no me voy a atrever ni tan siquiera a atisbar tal hipotética aspiración, no sea que vaya a acabar en Salud Mental. ¿Conoce alguien a una persona tan normal? Estoy seguro de que Vicente sí.
Separatismo como aspiración teóricamente legítima si cabal. Una frase muy política. Implica que cada uno puede aspirar a teorizar ideológicamente con honradez, justicia, íntegramente, sin locura ni coacción hacia nadie. Limpiamente con atino. Decir la verdad, haciéndolo con decencia razonada y razonablemente, con justicia y obrando como siente. Por lo que el sentimiento que emane de uno ha de aspirar a ese criterio. Si el sentimiento no produce lo “descrito” ni siquiera uno debería atreverse a tal aspiración. Luego, en la misma fase teórica, debería preguntarse por el encaje legal. Sí, por la legalidad. Pero también por su posibilidad práctica. Si es imposible es una quimera y si es una quimera lo “prudente” y “templado” es no atreverse con ello. No quiero meterme en terreno ciceroniano y decir que todo aquello que separe a los hombres, bien porque les dañe o bien porque no les sirva, no ha de ser justo. Va a ser que al final sin entrar en la cualidad justa de lo legal como justo, razonable y equitativo y para que no discuta con aquello de lo que el de Aquino me contó sobre las leyes injustas, no me voy a atrever ni tan siquiera a atisbar tal hipotética aspiración, no sea que vaya a acabar en Salud Mental. ¿Conoce alguien a una persona tan normal? Estoy seguro de que Vicente sí.
Publicar un comentario