No seré yo quien le niegue a un juez el
derecho a opinar públicamente sobre cualquier asunto, puesto que el
derecho de opinión es uno de los pilares de la democracia. Ahora
bien, dada la tendencia de parte de la población a hacer juicios
paralelos, a emitir veredicto y ejecutar a continuación, quizá el
tuit de Joaquín Bosch Grau no sea oportuno.
El 22 de noviembre, a las 22’15, el
señor magistrado lanzó el siguiente tuit: «A partir de las
imágenes, el tribunal del caso de La Manada va a tener pocas dudas
en determinar si hubo agresión sexual o relación consentida. Para
decidirlo no hace falta ni saber derecho, sino únicamente tener
sensibilidad humana.» Le preguntaría yo al emisor del tuit si
conoce alguna otra sensibilidad aparte de la humana, ni qué
necesidad tenía de explicar lo que ya sabe todo el mundo.
Termina otro tuit con el responde a
alguien diciendo que no se puede ser un buen juez y una mala persona,
lo cual es aprovechado por la tuitera Virginia García, que a las
22’49 del mismo día, dice lo siguiente: «Bueno… Pues hay muchos
jueces entonces que son malas personas...por ejemplo una que juzga
como terrorismo una pelea de bar. O todos los que dejan absueltos a
violadores etc.», y no se ve que el señor magistrado le haya
respondido. A esta tuitera le parece que una agresión multitudinaria
a dos policías de permiso con sus novias, precisamente por ser
policías es una pelea de bar, con lo cual da bastantes datos de sí
misma.
Con respecto a lo de ser buena persona
quisiera apuntar que un número no pequeño de jueces, y no me
extrañaría que de entre ellos también los hubiera de Jueces para
la Democracia, se comporta de forma prepotente con los funcionarios
de su juzgado. Si es prepotente es injusto. El colmo de un juez.
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