Sus subordinados le llamaban dios, lo que
da idea del tamaño de su ego, impropio en un socialista. Y de su
nula capacidad de autocrítica. Él, como Juan Palomo, yo me lo guiso
yo me lo como, se creía demócrata, y les negaba esa condición a
quienes realmente la tenían.
Felipe González es el político español
que más poder ha tenido a lo largo de su historia, pero no es porque
lo acaparara, como hacen ahora los podemitas y sus cómplices, los
socialistas, sino por la fe que suscitó en el pueblo español.
Sencillamente, no estuvo a la altura de las circunstancias, ni
tampoco podía estarlo, porque es tan sectario como vulgar. Se le
consideraba buen parlamentario, pero de sus discursos solo se podía
salvar la cuarta parte.
Los únicos demócratas que hubo en los
primeros tiempos de este diosecillo sin escrúpulos fueron Adolfo
Suárez y Manuel Gutiérrez Mellado. Ellos pagaron el precio que
había que pagar por traer la democracia a España, mientras que
Felipe González lo tuvo que convencer Santiago Carrillo para que no
se lo impidiera.
Todavía no se ha enterado de que
Torcuato Fernández Miranda podría haber acabado con su carrera
política, antes de que empezara, si hubiera querido. Prefirió
dejarle hacer camino.
Tampoco se ha dado cuenta de que su razón
política, el odio a quienes optan por la derecha, no tiene sentido y
es injusta. Del mismo modo que en la derecha hay gente que respeta a
la izquierda, él debería respetar a la derecha. Ni se ha enterado,
porque no le interesa, de que el gobierno de la República, al que le
adjudica puerilmente tantas bondades, no hizo nada por evitar la
guerra, como era su obligación. Si lo hubiera hecho, nos habríamos
ahorrado todas las muertes y cuarenta años de dictadura.
Si Felipe González fuera un señor
decente y hubiera procurado el bien de los españoles ahora no
sufriríamos el desafío golpista ni a un gobernante como Pedro
Sánchez.
'2016.Año bisiesto'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Necesidades emocionales'
'Animales in Harena'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
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