jueves, 31 de mayo de 2007

Chávez, aspirante a dictador

Quien visite el Museo de Prehistoria de Valencia puede comprobar la sensibilidad de nuestros antepasados, que no se contentaban con hacer, con sus medios rudimentarios, cosas que funcionaran o que sirvieran, sino que además las decoraban con gusto. Ello significa que no sólo había entonces gente capaz de hacer esas cosas, sino que no faltaban quienes eran capaces de apreciarlas. Esa sensibilidad, sin embargo, no se nota en muchos de nuestros contemporáneos. Sólo reaccionan cuando algo les afecta a ellos y sólo a ellos. Eso significa que o bien ha habido una regresión o bien proceden de alguna rama prehistórica que nunca se interesó por los asuntos espirituales. Aunque haya mucha gente así, hoy toca centrar la atención en Chávez, ese dictatorial presidente de Venezuela. Ha aprovechado que se terminaba el plazo de una licencia para no renovarla y desembarazándose de este modo de un medio crítico con su gestión. Los dictadores pretenden perpetuarse en el poder y con ese fin amordazan y callan y excluyen a los opositores. Con esta medida se trata de privar de libertad y de dignidad a quienes se tiene bajo las botas. La dignidad y la libertad son consustanciales con el ser humano. Quien no respeta la dignidad y la libertad de los demás tampoco es digno ni libre. En España también hay gente que odia la libertad, también los partidos mantienen las listas cerradas, también en la prensa se perciben comportamientos rígidos. Pero España es un país con clara vocación democrática, inmerso además en la Unión Europea. El temor a la libertad existe en mucha mayor medida de la deseada y esa es una ventaja con la que juegan los dictadores, o los aspirantes a serlo. Este Chávez no se contenta con esclavizar a los venezolanos, sino que trata de interferir, con el dinero de su pueblo, en la vida de otros países. No trata de ayudarlos, puesto que sólo ayuda a grupos concretos, que desarrollan ideologías de su gusto. Se trata pues de intromisiones en toda regla. La vergüenza del mundo es que en el siglo XXI no haya respuesta para estos abusos tan frecuentes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Encabezamiento equivocado. ¿aspirante?. No, Chavéz és un dictador, tiene todas las maneras y los acto de un dictador. ¿Como se ha de catalogar el cierre de un medio de comunicación que es critico con el poder por el poder mismo? Dictadura. Chávez ya tiene el doctorado.

Anónimo dijo...

No hace falta irse a Venezuela. Aquí en España ya tenemos un instrumento para la censura: el CAC. El cual es exportable tipo franquicia al resto de España. No estará escrito, pero la intención es esa. Además es sencillo de entender. Si se dispone de un grupo privado multimedia dirigido bajo una misma batuta y se puede redirigir el ente RTVE cuando se está en el poder... sólo falta un mecanismo legal que supervise a los medios no afines. Pero todos tranquilos, que aquí en España tenemos democracia...