Estudia
el gobierno perdonar la deuda a las CC.AA. 80 000 millones en total.
Si se tiene en cuenta que la mayor deuda la tiene Cataluña, con 32
000 millones, ya se ve que hay trato de favor para esta Comunidad
Autónoma, como siempre. El País Vasco tiene esa ventaja de partida.
Se la otorgaron, gracias a Felipe González, en la Constitución.
No
es el gobierno quien perdona los 80 000 millones, sino los
contribuyentes. Se dirá que de todos modos lo tenían que pagar,
pero ocurre que las CCAA tienen muchos gastos indebidos. Si
utilizaran el dinero para atender las necesidades ciudadanas sería
otra cosa, pero no es así. Por poner un ejemplo: el ayuntamiento de
Rita Barberá, señora que jamás ha hablado en valenciano y no por
eso es menos valenciana, está gastando grandes cantidades de dinero
en rotular todas las calles, que ya estaban rotuladas en español, en
el idioma ese que ordena el ente normativo, la AVL, el venenoso
invento con el que Zaplana quiso contentar a Pujol. Rita Barberá
pretende con ello tener tranquila a la izquierda valenciana, tan
nacionalista ella.
Lo
primero que debería haber hecho el gobierno, antes de prestarles
ningún importe a las CCAA, es exigirles que eliminen todos los
organismos e instituciones que tienen duplicados con el gobierno
central. Que los parientes, amigos y correligionarios que tienen
enchufados en ellas se ganen la vida como puedan y no a costa de los
contribuyentes. Y cada euro prestado debería tener un destino
concreto autorizado por el gobierno. Es indecente que se le preste
dinero a una Comunidad Autónoma y luego ésta lo gaste en publicidad
contra España, en referéndums ilegales y en conmemoraciones
engañosas.
En
los Estados Unidos, que tanto odian los cerriles, no pueden pasar
estas cosas. Allí el dinero de los impuestos es sagrado y no se
puede gastar en chorradas o iniciativas indecentes. Otra cuestión
que cabría considerar es si quienes han incurrido en tan
descomunales deudas no merecen la cárcel.
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