O
acaso no sea reino, sino condado; o quizá quepa hablar de los Paises
Impunes, en los que se habla una lengua que alaban todos los
científicos del mundo.
El
caso es que ya dijo él hace tiempo que si tiramos de la manta nos
haremos daño todos, y lo cierto es que la manta, años después,
sigue en su sitio. Una de esas frases que no son ciertas, pero sí
muy llamativas, dice que hay tres cosas que no se pueden esconder. No
es cierta porque no son sólo tres cosas, sino bastantes más, pero
una de las tres es el dinero y los Pujol tienen mucho, de modo que
tenía que llegar un momento en que habría que verlo; no se puede
estar disimulando toda la vida.
Una
vez que ha aflorado la fortuna y ya está a la vista de todos queda
la segunda parte, la judicial, y ahí está el atasco; planea la
impunidad. Ya se dio cuando lo de la Banca Catalana. Imperaba, más
que mandaba, entonces Felipe González, el mejor estadista español
del siglo XX según Luis María Anson, casi un prodigio de la
naturaleza para los gobernantes colombianos, cuya vista guarde Dios
muchos años.
La
justicia española no insistirá ante Suiza, tampoco consigue la
colaboración de las autoridades andorranas. Cualquiera puede pensar
que la culpa es de esos países, o de sus gobiernos, y por ello el
juez español no puede hacer su trabajo. Pero es que lo que dicen los
suizos es que la justicia española les ha hecho la petición de un
modo un tanto cutre: ha utilizado el método copiar y pegar.
¿Habrá
desgana en todo ello por parte de los jueces españoles? ¿Se limitan
a cubrir el expediente ante la opinión pública?
Las
actividades de los Pujol no son buenas para sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario