Es lo que dice ese 'cerebro privilegiado'
que cae mejor a los terroristas que a sus víctimas y que atiende al
nombre de Carmena.
Lo
ha dicho en un libro que no pienso comprar y del que se van
publicando retazos en
la prensa. Entre ellos va la siguiente joya:
«A
mí me parece que el clitoris es un gran invento.». Ignoro
si en otro lugar del libro habrá pedido el Nobel para el inventor.
Lo
que no ha traslucido tampoco es cual es la diferencia que ve entre
unos nacionalistas, aparte de que ya se ve que unos le parecen fachas
y otros no. Quizá
esté influida por aquello de: ¿papá, nosotros qué somos,
catalanes o fachas?
Tampoco
ha cuantificado a esos que llama fachas. ¿Quizá le parece a esa
dama, que según Maruja Torres un día debió de ser guapa, que hay
más nacionalistas españoles que de los otros? Será
por las banderas de España
que ve. Será porque habrá visitado otros países, como Inglaterra o
Francia, por ejemplo, y
habrá visto que lo de aquí es excesivo. Cada uno ve lo que quiere.
El
caso es que todos los nacionalismos son iguales, pero
son los nacionalistas vascos y catalanes lo que al disponer de un
poder que nunca se les debió otorgar vienen haciendo un daño
incalculable a las personas de bien, a esas, cuyas vidas dice Carmena
que quiere mejorar. Igual
que ve lo que quiere, dice lo que quiere, y no pasa nada. Incluso hay
gente que la cree.
Dice
que está cansada de ser alcaldesa y da a entender que se arrepiente
de haber concurrido a las elecciones. Pues
es muy probable que los madrileños también estén cansados de ella,
o por lo menos un buen número de madrileños. Lo
contrario habría que catalogarlo como una pulsión autodestructiva
de la ciudad.
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