martes, 24 de noviembre de 2015

La hostia y la cultura

Un amigo mío empleó la palabra hostia, pero la escribió sin hache. Le hice notar la falta ortográfica y enseguida alguien de su lista me llamó inculto, por no saber que se quita la hache para no ofender a no sé quién, porque lo ofensivo es escribir con faltas de ortografía, pienso yo.
Le contesté que he escrito un libro 'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades', en el que cuento el origen de esa costumbre de escribir hostia sin hache y añadí que no es caro. No se reprimió otra persona que insistió en que hay que hacer la falta de ortografía.
Me di cuenta de que las dos personas que me interpelaron son más proclives a llamar incultos a los demás que a adquirir cultura.
Puedo recomendar el citado libro tranquilamente, puesto que ha gustado a intelectuales tan exigentes como Ana Serrano, Carlos Gallego, César Gavela, Rafa Correcher, Ángela Valero de Palma, Rafa Marí, Alicia García Herrera y a la propia editora, Julia De la Rúa.
Carlos Gallego, en su presentación, animó a dar un paseo (bella metáfora, por cierto) por los cincuenta artículos que le hicieron disfrutar tanto, Rafa Correcher leyó uno de ellos, demostrando en su elección sus preferencias por la escritura poética, Ana Serrano eligió otro, puesto que a ella le interesa el alma humana y Ángela Valero de Palma seleccionó algunas frases, lo que también habla de ella:
La Sensibilidad se demuestra teniendo en cuenta al otro.
Hay ocasiones en las que no se puede hacer nada, salvo resistir y no sucumbir.
La justicia no es independiente en España, y además nunca lo ha sido.
Los peores muros son los de la mente
El lazarillo de tormes no pertenece a un género picaresco sino a que es una sátira erasmista
Ahora que se ha puesto de moda criticar a Calatrava debo decir que me gusta su arquitectura
Existen tantos psicópatas en el mundo que es prácticamente imposible no haber coincidido con uno de ellos.
En resumidas cuentas, quienes me interpelaron no caen en la cuenta de que se puede emplear perfectamente la palabra bofetada, ni que hay un gran número de eufemismos de la misma, más los localismos propios de cada lugar. No es la palabra hostia la única alternativa.

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