Piensen como piensen sus directivos, era
lógico que La Caixa y el Banco Sabadell se manifestasen en contra de
la secesión, dado que tienen muchos más clientes en el resto de
España que en la propia Cataluña. Una retirada masiva de fondos de
los españoles indignados con los nacionalistas habría llevado a
ambas entidades a la quiebra, con el consiguiente perjuicio para
todos los catalanes, nacionalistas o no.
Este mismo hecho desmonta por sí mismo
todas las teorías de los secesionistas, de cuya estupidez no cabe ya
ninguna duda.
Lo que ocurre es que los nacionalistas,
en su ceguera cerril, han optado por hacerles boicot a estas dos
entidades, que lejos de hacer un ejercicio de españolidad, se han
limitado a actuar en defensa propia de los intereses de Cataluña,
que quedarían muy mermados si quebraran ambas. Triodos Bank España
y Caixa d'Enginyers han aprovechado la circunstancia para desmarcarse
del comunicado de La Caixa y Banco Sabadell y, con ello, arrebatarles
clientes.
Sería justo que los catalanes no
nacionalistas y el resto de españoles que tengan cuenta en Triodos
Bank España y Caixa d'Enginyers obren en consecuencia.
Tampoco parece muy apropiado que los
españoles garanticen con sus patrimonios los depósitos de los
clientes de estas dos entidades y los de las que actúen de forma
similar.
Los nacionalistas catalanes conseguirán
hundir Cataluña, o sea la economía catalana, de modo difícilmente
reversible, y con ello perjudicarán también a todos los catalanes.
Y en su empeño por imponer el dialecto
barceloní, que fue el elegido por Pompeu Fabra, conseguirán hacerlo
desaparecr mucho antes de hora.
Los productos catalanes cada vez tendrán
más difícil penetración en cualquier lugar del mundo, porque la
matraca catalanista resulta agobiante y cada día más molesta. El
nacionalismo está cerca de ser considerado como una enfermedad
contagiosa y sin medicación que la cure.
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