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miércoles, 15 de agosto de 2018

El cura que no cree en Dios

En tiempos pasados traté con decenas de sacerdotes, algunas monjas, y hasta con un cardenal; también con muchos cristianos, incluso los hay que lo primero que anuncian es que son creyentes, quizá con la intención de que el personal, o parte de él, se confíe con ellos.
Mi impresión es que el comportamiento de todos ellos indica que ninguno cree en Dios; tengo la sensación de que muchos de ellos ven a Dios como a un jefe de personal de una fábrica de galletas marías, o un director general de una empresa de transportes, es decir, a alguien a quien conviene hacerle la pelota, para tenerlo contento, y poder vivir según la dirección en que sople el viento. No van más allá de eso, es decir, asisten a misa, saludan al párroco por la calle, rezan cuatro oraciones o quizá tres y ya está. Luego, si desean hacerle una barrabasada a alguien se la hacen, son cosas de la vida.
Pero dentro de este ambiente general hay algunos que van más allá de la idiotez. No se conforman con un concepto banal de la fe, sino que incurren directamente en la incongruencia. Defienden postulados absolutamente incompatibles con el cristianismo.
Con respecto a esta cuestión hay que reconocer que la actitud del papa causa regocijo. Fija la postura oficial de la Iglesia y luego deja que cada cura, cardenal, monja, obispo o monaguillo vaya por donde quiera. Se lava las manos como Pilatos. Cada cura es libre de adoptar la actitud con la que piense que va a conseguir sacar más dinero a los feligreses. Si los de una parroquia determinada, pongamos que Pals (Gerona), están a favor de unos presuntos delincuentes que, sin presunción ninguna, han ofendido gratuitamente a la mayoría de los ciudadanos de España, el cura de ese pueblo también está a favor de esos impresentables y también ofende gratuitamente a los ciudadanos españoles.
El papa debería ser claro y decir que los nacionalistas han de abandonar la Iglesia. 


miércoles, 25 de abril de 2018

¡Adiós, Cáritas, adiós!

Cáritas ha emitido una nota que comienza de este modo: «Con relación a la información publicada hoy en el diario digital OK Diario bajo el titular “Cáritas firma el manifiesto a favor del referéndum ilegal”, Cáritas Española señala lo siguiente:
1. Se trata de una información no veraz.»
La nota entera puede leerse siguiendo este enlace http://caritasdeleon.org/nota-informativa-ok-diario/
Por su parte, el principio de la nota del citado digital, que se puede leer en totalidad aquí https://okdiario.com/espana/2018/04/24/caritas-firma-manifiesto-favor-del-referendum-ilegal-2169709, es el siguiente: «Cáritas, asociación perteneciente a la Iglesia Católica, apoya el manifiesto de la independentista Plataforma por la Lengua’ para promover la imposición del catalán y que defiende el “derecho a votar”. Entre las entidades firmantes aparecen también los sindicatos CC.OO. y UGT, el Fútbol Club Barcelona, SOS Racismo, Fundesplai o la Unión de Federaciones Deportivas de Cataluña.».
Por mi parte, y una vez leídas ambas notas, he tomado la decisión de no volver a destinar ni un céntimo a Cáritas, puesto que no quiero se use para financiar causas nacionalistas.
Hay que fijarse en que la nota con la que la asociación diocesana pretende desmentir la información vertida por Okdiario está redactada con un estilo que recuerda al de Setién, ese obispo tan poco grato a las víctimas del terrorismo, por las razones que todo el mundo sabe.
Apoya Cáritas a los nacionalistas en su empeño y lo hace con el peregrino argumento de que su finalidad. Pretenden hacer creer esos que la lengua española jamás se ha hablado en Cataluña. Quien imponer por las bravas ese invento de Pompeyo Fabra, que, como es de común dominio, porque lo explicaba el Padre Batllori, que tomó como base el infame e infecto dialecto barceloní. No termina ahí la cosa, puesto que como el vocabulario era tan pobre lo completó con las palabras más alejadas del español que pudo encontrar. Y con el resultado se intenta sustituir, en todos los lugares en que tienen mando, a la lengua española, la más hablada en todas partes.
Lo dicho: ¡Adiós, Cáritas, adiós!

sábado, 14 de abril de 2018

Inconcebible consejo proveniente de Alemania

Lo da un alemán en el diario El Mundo, después de explicar que los alemanes ignoran la realidad española, porque se han creído la propaganda de los nacionalistas. E incluso que los corresponsales alemanes de prensa y televisión acreditados en España también se lo han creído.
En lugar de avergonzarse de eso, aconseja que se contrarreste la propaganda de los separatistas. Dudo que sirviera para algo. Cuando alguien se cree una mentira es porque le conviene. Ocurrió lo mismo cuando Lutero, ese personaje infame, propagaba mentiras sobre España, para desacreditarla. La envidia es universal. Si los propios corresponsales, personas cultas y preparadas, cuya obligación moral es informarse de lo que ocurre, para luego transmitir esa información a sus lectores, se tragan la propaganda de los nacionalistas es porque algo va mal en Alemania. Muy mal, porque esos periodistas están engañando miserablemente a sus lectores y si eso es posible es porque esos lectores quieren ser engañados. La gente que quiere ser engañada es refractaria a la verdad. Cualquier intento en este sentido está condenado al fracaso.
De modo que este señor alemán pretende trasladar la culpa de los alemanes al gobierno español. Según él, no es que algo huela a podrido en Alemania, sino que el gobierno español no se preocupa de sacarlos de su error. ¿Y el gobierno alemán qué? ¿Le da lo mismo al gobierno alemán que los alemanes vivan en el engaño?
El problema es el nacionalismo, del cual no cabe esperar nada bueno. Hay demasiados nacionalistas en el mundo y entre ellos hay corrientes de simpatía. Vienen a ser cómplices unos de otros.
Aunque se habla mucho de los nacionalistas españoles, quizá sean éstos los menos fervientes de todos y los más escasos. El nacionalismo español no existe prácticamente y quizá por eso España no encuentre aliados en su defensa de la legalidad. Por eso lo que ocurre en España no puede ocurrir en Alemania, porque el nacionalismo alemán no lo consiente.

jueves, 8 de marzo de 2018

Karl Jacobi, el héroe

Para poder decir lo que se piensa en cualquier lugar dominado por los nacionalistas hay que echar mano del heroísmo. Los nacionalistas, Guardiola por ejemplo, siempre tienen la palabra democracia en la boca, pero cada vez que la usan hay que entender que es un eufemismo.
Ese Guardiola, por ejemplo, defiende su derecho a lucir el birrioso lazo amarillo, o sea, se cree con derecho a insultar a los demócratas, pero no cabe esperar de semejante demócrata de pacotilla que defienda el derecho de Karl Jacobi a decir la verdad, o sea, que el nacionalismo está arruinando a los catalanes y que quienes han infringido las leyes deben ir a la cárcel. Debería saber ese insultante Guardiola que la impunidad es propia de las dictaduras y que en democracia rige el imperio de la ley.
El nacionalismo siempre es violento, física o moralmente. Ha generado varias bandas terroristas en España, a las que ha dotado de coartadas. En el plano moral, ya se ve que los nacionalistas tienden a apoderarse de la calle y en donde lo consiguen muere la libertad. Hay que someterse a ellos de modo rotundo o sufrir las consecuencias.
Hay que ver los tuits que le han dedicado los nacionalistas a este alemán ejemplar radicado en Cataluña para comprender el grado de depravación que consigue el nacionalismo en aquellos que abrazan esta doctrina. La degradación moral de los autores de esos tuits con los que se pretende acallar a quien ha osado decirles lo que merecen es palpable. Se da la circunstancia, además, de que algunos de esos personajes que lo insultan reciben grandes subvenciones, lo que significa que Karl Jacobi y yo mismo contribuimos con parte de nuestros impuestos a pagarles esas cantidades. O sea, no tienen vergüenza.
Algún alemán, que también opina que quienes han infringido la ley han de pagar por ello, se refiere a lo que ocurre entre Cataluña y el resto de España. No es correcta esa apreciación. Hay que preguntarse cómo se ha llegado a esa situación: pues haciendo concesiones a los impresentables nacionalistas.


sábado, 3 de marzo de 2018

El rapero delincuente

Hay leyes que no me gustan, pero mientras estén vigor no tengo más remedio que aceptarlas y acatarlas. Opino, por ejemplo, que con la cadena perpetua nos habríamos ahorrado muchos atentados y mucha vergüenza. Si con ella en vigor alguno de los etarras encarcelados diera muestras de verdadero arrepentimiento se podría utilizar con él la opción del indulto.
Cabe anotar que cuando son condenados políticos del PP o del PSOE, nadie dice nada, pero si la condena recae en antisistemas, podemitas o nacionalistas surge la insidia de la justicia está politizada y manejada por los dos partidos citados anteriormente.
Pueden haber torturado algunos guardias civiles, pero el hecho de que haya más de 300 atentados de ETA sin resolver desmiente que lo hagan la Policía o la Guardia Civil. A quienes lanzan esos infundios les falla la lógica y les sobra malicia.
Muchos guardias civiles han sido cobarde y vilmente asesinados. Los guardias civiles destinados en algunas zonas de España, y sus esposas e hijos, son torturados psicológicamente de forma metódica y despiadada por unos seres a los que se puede catalogar, sin sentir ningún remordimiento por ello, como degenerados. Hay muchos en España, también en otros países, pero aquí no estamos hablando de ellos.
Los servidores del orden nacionales, a cambio de unos sueldos módicos, y corriendo a veces graves riesgos, se desviven para asegurar la tranquilidad y el bienestar incluso de esos degenerados. La capacidad del agradecimiento no está entre sus virtudes, sino que más bien tienden a la bajeza y la villanía.
No cabe duda, a tenor de sus actuaciones, de que ese rapero que nos insulta siente más simpatía por los etarras que por sus víctimas.
La Guardia Civil salvó a unos impresentables que habían subido a un monte a poner una bandera separatista. Si hubiera sido el caso, también habría salvado al rapero delincuente, en todos los casos con gran diligencia y soportando el asco estoicamente.


miércoles, 29 de noviembre de 2017

Monedero y la Constitución

El próximo año se cumplirá el cuadragésimo aniversario de la Constitución, por lo que se preparan unos actos conmemorativos, para los cuales se ha formalizado un consejo asesor, del cual Monedero ha querido formar parte y sólo se me ocurren dos motivos para ello.
Ambos los puede adivinar todo el mundo. El primero es que quiera estropear la fiesta y el segundo y es que el puesto sea remunerado.
Explicó hace poco Martin Hilbert, en una entrevista publicada por El Mundo, que las nuevas tecnologías han cambiado todo en la política y, que no queda más remedio que encontrar el modo de defender la democracia.
Los constituyentes españoles quisieron ser más demócratas que nadie y con ello no hicieron ningún favor a la democracia ni a los ciudadanos. Por ejemplo, en el artículo 25.2 pone que las penas de cárcel estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social, cuando es evidente que los etarras y otros asesinos de similar crueldad es prácticamente imposible que sean reinsertados y la sociedad estaría mejor protegida si se les encerrara de por vida.
También los constituyentes, en su afán por ser más demócratas que nadie, dieron paso a casi cualquier formación política que se presente como tal y como consecuencia de ello tenemos partidos abiertamente contrarios a la propia Constitución, a algunos de los cuales, como es el caso de los nacionalistas, se les dieron ventajas sobre los demás que han sabido aprovechar a conciencia. Sin esos privilegios no habrían podido hacer tanto daño. También soportamos a otros partidos, como el del propio Monedero, cuyo afán es destruir el orden constituido para establecer el suyo propio, cuyo modelo es público y notorio.
A la vista de las declaraciones del citado Martin Hilbert, cuya veracidad no se puede poner en duda, lo primero que habría que hacer es establecer unas nuevas reglas para los partidos políticos que impidieran el paso a los que en lugar del espíritu constructivo que se espera se les pudiera adivinar intención destructiva. 

viernes, 17 de noviembre de 2017

Cataluña y Franco

Los nacionalistas de cualquier lugar necesitan reescribir la historia para dotarla de épica y llenarla de agravios que justifiquen su insano proceder. Algunas de las bolas que echan a rodar son aceptadas incluso por personas ajenas a todo nacionalismo, como es el caso de MVLl con respecto a la supuesta represión de Franco a Cataluña.
Una dictadura siempre es mala para todos, es castradora y envilecedora, pero en el caso concreto de la franquista ocurre que fue menos mala para los catalanes que para los castellanos, valencianos o andaluces, por ejemplo.
Los nacionalistas supieron entender a Franco mejor que nadie, comprendieron que su régimen era transitorio, supieron dorarle la píldora y conseguir de él todo lo que se propusieron. Por su parte, Franco, que estaba absolutamente solo y no se fiaba de nadie, lo que menos deseaba era tener problemas con los nacionalistas, así que les daba todo lo que pedían y más, en perjuicio de las demás regiones, naturalmente. Siempre estaba visitando Barcelona y todas las veces fue aclamado por las multitudes. Bajo Franco, Barcelona prosperó y creció más que ninguna otra ciudad de España y Cataluña fue la región que más se enriqueció.
Los nacionalistas aprovecharon el paréntesis dictatorial para ir sentando las bases de lo que sería su política en la democracia y uno de sus ardides fue el de introducirse en el PSOE, de modo que los socialistas de algunas de las regiones son, en realidad, nacionalistas. Se granjearon la complicidad de Felipe González y Alfonso Guerra, aprovechando que teóricamente, porque de ahí no pasaron, todos conspiraban contra Franco. Sin esa complicidad jamás habrían conseguido las ventajas que se les dieron en la Constitución y que han exprimido concienzudamente. Los socialistas se tragaron estúpidamente esa barbaridad legal que son los derechos históricos de los territorios. Los socialistas de UPyD sí se dieron cuenta de que eso es una inmoralidad. Pero al final la cuestión es que quienes menos pueden quejarse de Franco son, precisamente, los nacionalistas.


jueves, 26 de octubre de 2017

Podemos sí tiene proyecto para España

Pablo Iglesias, que lo es todo en Podemos, según vienen demostrando los hechos, puede atribuirle a Newton la teoría de la relatividad, pero las técnicas de los bolcheviques las conoce al dedillo, como vienen demostrando también los hechos.
Pablo Iglesias, o sea, Podemos, sí tiene proyecto para España, otra cosa es que, por la cuenta que le trae, no lo diga. Mientras llega la ocasión de que pueda llevarlo a cabo, y ojalá no llegue nunca, porque sería peor que la peor de las pesadillas, va tratando de conseguir todos los votos que puede con el fin de alcanzar el poder. Su caladero de votos ya se sabe cuál es, ese en el que teóricamente no deberían pescar los cuatro o cinco partidos constitucionalistas, aunque ingenuamente algunos de ellos sí lo hacen, con lo que no consiguen votos, pero pierden consistencia ética. Pablo Iglesias, o sea, Podemos, intenta conseguir votos en esos caladeros en los que los partidos constitucionalistas naufragan y los antisistema, Compromís, Bildu, ERC, nacionalistas, navegan con suficiencia.
A Pablo Iglesias se le ve abrazándose con el etarra Otegui, saludando que salga de la cárcel, pidiendo antes de ello que saliera...Se le supone amistad con más etarras y, efectivamente, le disputa el voto a Bildu con más posibilidades que el PSOE y el PP, que también lo hacen.
Pablo Iglesias siempre está en el lado equivocado, el hecho de que le atribuya a Newton la teoría de la relatividad es equiparable a su desdén por la Constitución y, en general, a cualquier ley surgida de un Parlamento democrático, porque lo único que vale para él es lo que le pasa por sus coletas y aquí lo que vale es lo que él diga y los demás a callar, y todavía no ha nacido el chulo que le corte las coletas.
Y la última vez le votaron cinco millones.