Salvar a Ashtiani

Sakineh Mohamadi Ashtiani fue condenada a morir a pedradas, por haber mantenido una relación extramatrimonial. Anteriormente la condenaron a recibir 99 latigazos, que ya le dieron, por algo similar. Dada la gran reacción internacional que ha suscitado semejante salvajada, ampliaron los cargos contra ella, acusándola también de asesinato.

La lapidación fue pospuesta, que no anulada, con la intención de que el mundo se olvide de ella. Añaden también los dictadores iraníes que quizá en lugar de lapidarla la ahorquen. La barbarie de Alí Jamenei y Mahmud Ahmadineyad es palpable. A causa de que un periódico inglés haya publicado una foto falsa de ella con el rostro descubierto la han condenado a sufrir 99 latigazos más. No importa que ella no tenga ninguna culpa, puesto que lleva años encerrada, ni que la foto sea falsa. Ellos mandan y hacen lo que quieren. Miedo da que logren la bomba atómica.

Alí Jamenei y Mahmud Ahmadineyad son de la misma cuerda que Fidel Castro, Hugo Chávez y Mohamed, nuestro vecino marroquí tan simpático que procura que no nos olvidemos de él. Dueños y señores de quienes tienen la desgracia de vivir en los países sometidos a sus yugos. Todos ellos mantienen en sus cárceles, arbitrariamente, a quienes se les antoja.

Alí Jamenei y Mahmud Ahmadineyad se empeñan en afirmar que Sakineh Mohamadi Ashtiani es culpable de asesinato. Y exigen a la comunidad internacional que no entrometa en sus asuntos judiciales. Lo que no hacen es aportar las pruebas de que disponen, como tampoco lo hace ningún otro dictador con las de quienes tienen encerrados caprichosamente, como es el caso de Hugo Chávez con María Lourdes Afiuni. Sin embargo, no cabe ninguna duda de que tanto Alí Jamenei y Mahmud Ahmadineyad son unos asesinos, con la circunstancia de que a ellos nadie les va a dar 99 latigazos ni ninguna pedrada.

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Carla Bruni merece la muerte

Según el diario iraní, Kayhan, Carla Bruni merece la muerte. Cuando Polonio le dijo a Hamlet que trataría a ciertos cómicos como se merecían, el príncipe le respondió: ¡Alto ahí! ¡Si hubiese que tratarnos según nos merecemos nos tendrían que moler a palos a todos! Trátalos según tu propio honor y respeto.

Ya sabemos, pues, qué honor y respeto sienten por sí mismos los dueños del citado diario. Han dicho que Carla merece la muerte porque ella apoyó a Sakineh Mohamadi Ashtiani, condenada a morir lapidada. Ashtiani ya ha recibido 99 latigazos. No cabe ninguna duda de que a los responsables de dicho diario no les gustaría ser azotados, ni mucho menos que los mataran a pedradas. Pero así son los brutos, obsequian a los demás con lo que no quieren para sí mismos.

Se nos trata de explicar que el Islam es una religión pacífica que no tiene nada que ver con los atentados que una y otra vez se producen en distintos lugares del planeta. Hay que convenir, sin embargo, en que lo que vemos del Islam nos remite a lo peor de las religiones: el fanatismo. Un fanático es alguien muy peligroso. Los defensores del Islam, si de verdad quieren hacer buena publicidad de esta religión, deberían comenzar por erradicar el fanatismo de sus fieles. Cosa harto difícil si se tiene en cuenta que el Líder Supremo de Irán es Alí Jamenei y el presidente es Mahmud Ahmadineyad. Pocas esperanzas se pueden tener a la vista del citado material. Ese par jamás renunciará a utilizar el odio como medio de cohesión interna frente al enemigo que necesitan a toda costa para mantener ignorante y subyugado a su pueblo.

El periódico que obedece ciegamente las consignas del citado par había catalogado previamente como prostituta a Carla Bruni, cosa a todas luces incierta. Carla Bruni debe de ser una santa. No parece que sea fácil soportar a Nicolás Sarkozy y si no que se lo pregunten a Cécilia Ciganer.

'Ninfas'
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'El Palestino'
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'Ese modo que colma'
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'Red de mentiras'
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