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sábado, 10 de octubre de 2015

Quizá sea sabotaje

Hay que tener prudencia y decir que tal vez sea sabotaje lo ocurrido en el AVE. Pero se puede afirmar con rotundidad que la actitud del gobierno catalán no es seria, sencillamente porque no puede serlo.
La obligación moral de todo gobierno consiste en gestionar del mejor modo posible los recursos de los ciudadanos. Los tiempos bíblicos se acabaron hace tiempo, de modo que quienes, como hacen los nacionalistas, en lugar de cumplir con su obligación se imponen el objetivo de llevar a su pueblo a la meta que ellos estiman correcta, salen de la política y se convierten en malasombras.
Dice el pájaro de cuenta puesto por la Generalidad para este menester: el AVE no tiene mecanismos para garantizar un servicio mínimo de calidad y el robo de cable es excusa de mal pagador.
Podría haber dicho que la Generalidad no pone mucho celo en la vigilancia, a pesar de los requerimientos del gobierno, dado que el robo de cable en esa Comunidad Autónoma es exageradamente alto con respecto a lo que ocurre en las demás CC.AA. Pero si hubiera dicho eso habría sido leal y un gobierno nacionalista ha de ser desleal con todos y, sobre todo, con los ciudadanos de la Comunidad que gobierna. El gobierno nacionalista prefiere emplear el dinero que recibe del Estado en traicionar a sus ciudadanos, que sufren las molestias del robo de cable, y al propio Estado.
El resultado de cualquier gobierno nacionalista es el empobrecimiento y el descrédito. Es posible que muchos catalanes se enfaden conmigo; incluso si son, teóricamente, antinacionalistas, pero las cosas son como son. Las mentiras históricas y las tergiversaciones no conducen a nada bueno. Incluso los catalanes antinacionalistas se han tragado muchas bolas de los nacionalistas y les duele que alguien les diga la verdad. Se puede decir que cualquier catalán prefiere Joan Fuster a Antonio Ubieto. El primero les hizo la pelota, el segundo averiguó la realidad de los hechos.

lunes, 28 de septiembre de 2015

El problema 'perpetuo' de Cataluña

Deberían ser los propios catalanes los que trataran de encontrar la explicación a su continuo descontento, a esa insatisfacción permanente.
Algunos datos pueden ayudar a entender lo que ocurre:
a) Está por ver que algún catalán proteste por las burradas que dijo Joan Fuster, que les acarició el lomo de forma descarada. Y cuando alguien hace la pelota es para conseguir algo.
b) Antonio Ubieto Arteta, en cambio, no tiene simpatías en Cataluña. Descubrió todas las burdas falsificaciones de los catalanistas y las dio a conocer. No se lo perdonarán nunca.
c) Se quejan de Felipe V, pero fue durante el reinado de éste que Barcelona creció desmesuradamente.
d) Se quejan de Franco, pero durante la dictadura Barcelona creció mucho más que ninguna otra ciudad española.
e) Puede decirse también que Cataluña ha sido la región española más favorecida durante el actual periodo democrático.
O sea, que desde Felipe V Cataluña ha sido la región más favorecida por los sucesivos gobiernos españoles y, quizá el descontento catalán arranque de Felipe V.
Hay que recordar que a la llegada de Felipe V a España, en Cataluña se le aclamó como rey. Que Luis XIV de Francia era su abuelo y a la vez el monarca más poderoso de su tiempo, cosa que inquietó gravemente a Inglaterra, que entró en la Guerra de Sucesión por este motivo. Luis XIV habría tenido a su disposición el imperio español. Que el archiduque Carlos, con el fin de ganar a los catalanes para su causa, les prometió el oro y el moro. Que a la muerte de Luis XIV las cosas habían cambiado y en ese momento la potencia más poderosa era Alemania, motivo por el cual a Inglaterra ya no le interesaba seguir en la guerra y la abandonó, lo que permitió que Felipe V la ganara.
Fue cruel con quienes se le resistieron. Pero acaso sean esas promesas del archiduque Carlos, los sueños perdidos, los que generen esa sempiterna melancolía, que, por otra parte, les ha dado muy buenos dividendos. Pero es a Inglaterra donde deberían ir a reclamar. Y de paso, Gibraltar.

jueves, 31 de julio de 2014

El ridículo papel de La Vanguardia

La Vanguardia fue un gran periódico que pudo convertirse en el mejor de España, pero para conseguir esto tenía que salvar dos obstáculos: su tendencia a lo pueblerino y su carácter perdedor.
La tendencia a lo pueblerino se sustenta en que acogía en sus páginas a Joan Fuster, cuyo mayor mérito fue el de hacerles la pelota a los catalanistas, que no a los catalanes, y luego se convirtió en el referente de los catalanistas valencianos, otros elementos dignos de estudio.
La Vanguardia se suicidó al llegar el Estado de las Autonomías, porque se entregó al gobierno catalán y comenzó a vivir de las subvenciones y a no ver ni contar lo que sucedía en la propia casa, o sea, en Cataluña. Si hay que criticar a alguien, para eso están el PP, Ciudadanos o UPyD.
El grado máximo del ridículo lo alcanzó con el editorial conjunto, que dicen que fue redactado por uno de los suyos, nada menos que Juliana. Un editorial conjunto es lo más opuesto al periodismo, y el objeto del tal editorial fue lamentable y mereció la risa espontánea y unánime de los no contaminados por el virus del nacionalismo.
Y ahora está todo el mundo esperando que Juliana haga otro editorial conjunto glosando la hazaña de Pujol, que quizá cabría incluirla en el Guinness, menudo record. Tantos años haciendo de las suyas sin que nadie se diera cuenta, tanto que le querían al bueno de Pujol. Pues si no se fijaban en lo que hacía es que no le querían tanto.
Pero no sólo es La Vanguardia la que hace el ridículo. Un cura descerebrado ha dicho una misa por Pujol. Poco le importan al cura las gentes a las que ha podido perjudicar el 'Honorable', ja. Y por ahí va Mas ahondando en la herida sin darse cuenta.
Sólo falta que el nuevo Rey le retire el título de Grande al que ha demostrado que es pequeño.


viernes, 9 de agosto de 2013

El aprovechamiento de la figura de Felipe V

Felipe V fue un francés que accedió al trono de España tras la llamada Guerra de Sucesión, guerra que duró mucho tiempo y en la que apenas participaron tropas españolas.
De no haber sido por esa circunstancia, Felipe V hubiera sido aceptado de inmediato por los españoles, pero lo que ocurrió fue que las potencias europeas no quisieron consentir que su abuelo, Luis XIV, se convirtiera en el monarca más poderoso del mundo. A la muerte del Rey Sol las cosas habían cambiado y en esos momentos el peligroso era el archiduque Carlos, por lo que las naciones que antes estaban de un lado pasaron al otro y Felipe V pudo ser revestido rey.
Los ingleses se comportaron como es habitual en ellos y tal como acostumbran consiguieron su botín. Durante estos días mandarán a su armada a ensuciar las aguas del Peñón.
El entrometimiento de esas naciones en donde no las llamaba nadie ha tenido luego consecuencias muy negativas para los españoles. No obstante, ellas, sobre todo Inglaterra, las habrán inscrito como hechos gloriosos en sus historias.
Fue el propio devenir de la guerra el que propició los enconamientos y los sucesos posteriores. Como consecuencia de ellos, unos falangistas, en tiempo de Franco, colocaron al revés, en Játiva, el cuadro de Felipe V, en Cataluña celebran la derrota cada 11 de septiembre y unos descerebrados pretenden que el en Reino de Valencia hagamos lo mismo cada 25 de abril.
Felipe V nunca aprendió a hablar español. Compuso su gobierno con ministros franceses y cuando pidió el estado de las cuentas y vio que no había modo de aclararse decidió hacer obra nueva, arrasando con todo lo anterior. Era depresivo y la depresión se le pasaba cuando entraba en batalla. Sus mujeres le influyeron mucho.
Henry Kamen escribió una biografía de él, que no ha despertado el mismo interés que las chorradas de Joan Fuster, un valenciano culto que no desaprovechó la oportunidad de hacerse aplaudir por gentes interesadas.

martes, 16 de agosto de 2011

La obcecación de los valencianos por decir que no hablan catalán

En el diario Levante-EMV le han hecho una entrevista a un fulano llamado Toni Soler, que se conoce que tiene algo que ver con la televisión, pero como yo no veo ninguna desde hace años (si la tengo encendida delante de mí, cosa que puede suceder, no la atiendo), pues no sé quien es. O no lo sabía, porque me acabo de enterar.
Una de las preguntas se refiere a los anacronismos, y entre unos cuantos que le llaman la atención, el sujeto se refiere a la obcecación de los valencianos por decir que no hablan catalán. ¿Somos más obcecados los valencianos que los catalanes?, pregunto yo, en el caso de que se pueda medir el grado de obcecación. ¿Es obcecación que los catalanes se gasten ingentes cantidades de dinero de sus impuestos en promover el catalán en la Comunidad Valenciana? ¿Son liberales los catalanes para unas cosas y dogmáticos para otras? ¿Hasta qué punto necesitan los dogmas los catalanes? ¿Por qué les hace tanta gracia Joan Fuster? ¿Por qué no les gusta la biografía de Felipe V que escribió Henry Kamen? ¿Qué importancia tiene para Toni Soler el idioma que hablamos los valencianos? ¿Cuántas veces al día piensa en eso?
Pero esta obcecación del tal Toni Soler debería ser motivo para la reflexión entre los propios valencianos. ¿Por qué si los valencianos nos obcecamos en decir que no hablamos catalán el gobierno valenciano obliga a los niños valencianos a estudiar en catalán? ¿Qué idiomas quieren los contribuyentes valencianos que se den en los colegios? ¿Se tiene en cuenta la opinión de los valencianos? Otra cuestión candente es: si los valencianos negamos con obcecación que hablamos catalán, por qué hemos de pagar con nuestros impuestos la fenicia Academia Valenciana de la Lengua? ¿No sería más adecuado gastar ese dinero en la Sanidad?

'El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde'
'Alrededor del deseo'
'Cuentos neuróticos'
'Alfonso X el Sabio'
'¿Cuándo y cómo acabará la crisis?'
'El psicólogo en casa'
'La huella del hereje'
'Quién mató al ayatolá Kanuni'

domingo, 19 de diciembre de 2010

España radial

Con la llegada del AVE Madrid-Valencia los hay que se han puesto a hablar de la España radial. Felipe V tiene la culpa de todo. Henry Kamen escribió una biografía suya, mediante la cual desmonta todos los mitos tejidos en su torno; pero si en lugar de intentar ser objetivo hubiera escrito lo que los catalanes quieren leer, como hizo Joan Fuster, ya irían publicadas decenas de ediciones.
A lo mejor Felipe V no tiene la culpa de la España radial que dicen que ha consagrado el AVE. Fue el gobierno de Felipe González el que decidió hacer el AVE Madrid-Sevilla. Hecho este, todas las demás autonomías iban a querer el suyo. Optar por el AVE no es una opción fácil de tomar. Requiere tanta inversión que otros sectores han de sufrir menoscabo. Era un asunto a meditar y debatir. ¿Hubiera convenido más modernizar y ampliar la red de ferrocarriles existente? Una vez abierto el melón ya no hay lugar para el debate. ¿Habiendo AVE a Sevilla no lo iba a pedir Barcelona? Es obvio también que el AVE a Madrid o a Valencia, los catalanes prefieren Madrid. Ahora bien, una vez conseguido este, quisieran que el siguiente fuera Barcelona-Valencia, o Barcelona-Murcia, pasando por Valencia. El que les parece menos interesante es el Madrid-Valencia. En otro orden de cosas, para Valencia es muy importante el AVE Valencia-Barcelona, pero no más que el que se acaba de inaugurar.
Alegan que sólo Francia y España son radiales, pero en el caso de España hay alguna justificación, puesto que Madrid está en el centro, cosa que no ocurre con Berlín, pongamos por caso. El debate no debería girar en torno a la España radial, sino que debería versar sobre el mejor modo de gastar el poco dinero disponible. Los españoles, al menos teóricamente, hemos optado por gastarlo en políticos, que, además de ser muchos, toman decisiones sin tener en cuenta las consecuencias.
'Leyendas de Bécquer contadas a los niños'

'Guía de supervivencia de Amelia frente a matones'
'El Quijote contado a los niños'
'La aventura del cálculo'
'Chitón. Historia de una infancia'
'Diario de Amelia'
'Antes de que se me olvide'
'Pobres mujeres'