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lunes, 29 de septiembre de 2008

Nuestro Zapatero particular

En mi opinión, acierta María José Pou cuando se refiere a la satisfacción de Zapatero, por haber sido citado por Obama. Lo que no acabo de entender es que siendo tan pulcra como es María José utilice ese presente continuo que tan mal queda en español. Pero puesto que les he leído a Ignacio Camacho y Eduardo Punset el horrendo “en base”, creo que hemos de irnos acostumbrando a todo.
Pero volviendo a nuestro Zapatero particular, cuenta la prensa que en la clausura del Congreso del PSPV el presidente del gobierno agradeció a Obama la consideración que había tenido con España. Ocurre que la citó en el debate con McCain probablemente porque sus asesores se dieron cuenta de que éste no sabe ni en donde está situada. También cabe dentro de lo posible que la primera noticia que haya tenido Obama de España provenga del hecho de que su equipo ha fichado a Noelia Zanón, para captar el voto latino. Obama empleó España como arma arrojadiza contra McCain, seguro de que no esperaría esta pregunta y por tanto no tendría preparada la respuesta.
Otra cosa diferente es que quien salga elegido tenga una actitud mejor con España que la que muestra Bush. Cambiarán su actitud si por algún motivo concreto les conviene, pero no es probable que lo hagan por las buenas. Tanto Obama como McCain saben que se deben a su electorado y que éste no perdona fácilmente lo que no considera adecuado.
Cosa distinta la de Zapatero, que sabiendo a ciencia cierta el alcance de lo dicho por Obama, trata de colarlo entre la ciudadanía como un éxito suyo. ¿Será porque el candidato estadounidense ha leído el blog de Pepiño y ha sabido de sus preferencias y de su extrema delicadeza de no darlas a conocer para no influir en el electorado estadounidense? ¿Estará calculando Obama la conveniencia de hacerse aconsejar por Pepiño en el caso de que gane las elecciones? Los españoles, más o menos, sabemos lo que nos toca y casi, casi, nos conformamos con que no sea peor de lo esperado.

martes, 2 de septiembre de 2008

McCain, Obama

La campaña electoral estadounidense ha tenido un episodio más. En su turno, o acaso adelantándose algo, para robar algo de protagonismo a Obama, McCain ha elegido a Sarah Palin, para la vicepresidencia. Esta elección, como todas, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Pilar Marrero, periodista estadounidense que siempre está en los grandes eventos de su país y que me ha prestado la foto, habla de ellos en su blog.
Desde la distancia, ese modo de examen público al que se someten los candidatos, y en el que llegan a contar los pecados pasados que creen que les proporcionarán mayores réditos electorales, en un principio puede parecer algo extraordinario. Pero luego nos damos cuenta de que en dos de esos procesos acabó siendo elegido Bush. Entonces resulta que al final no es más que un espectáculo cuya finalidad consiste en mantener el interés de los ciudadanos por la política. Al final gana quien tenía que ganar, porque de otro modo no se explica que Bush y otros como él lograran pasar exámenes tan exhaustivos.
A la vista del historial de McCain, resulta lamentable que no hubiera podido presentarse a las anteriores elecciones, en las que probablemente hubiera ganado a Al Gore. Quizá ahora se le haya pasado su tiempo. A quien tiene enfrente esta vez es a Obama. Se dice que en el caso de éste cuenta con la ventaja de la discriminación positiva, dado que es negro. Pero hay que contar con que también hay muchos que no le van a votar por este motivo.
Lo que Obama representa es el cambio. Y más que el cambio, en el caso de que gane, la voluntad de cambiar de la sociedad americana. No es probable, en cualquier caso, que modifique muchas cosas, sino simplemente que imprima una ligera variación al rumbo de las cosas, porque de otro modo el personal podría sentir vértigo. Y esta es la paradoja del líder negro, representando el cambio tiene que dar idea de quietud.
La sociedad estadounidense tiene la palabra. En el peor de los casos, se habrá ido Bush. Y también podría ocurrir que Sarah Palin acabara ocupando la presidencia, lo que también sería un cambio y no menor.

sábado, 30 de agosto de 2008

Prada y el resentimiento español

Escribe hoy Juan Manuel de Prada un interesante artículo en ABC, en el que a partir de una observación sobre McCain, candidato republicano al gobierno de Estados Unidos, se extiende en consideraciones sobre el resentimiento español, tan real como nocivo, indefendible e insoslayable. Parte el articulista de un comentario que le hizo Fernando Iwasaki sobre las posibilidades que tendría en la política de España alguien que teniendo poco dinero en sus comienzos se hubiera hecho millonario, como McCain. Algo parecido se le hubiera podido aplicar también a Obama.
En España no hubiera podido ocurrir, pero es por motivos diferentes. Aquí no se hace política del mismo modo que allí. No es concebible que un ciudadano español que se haya enriquecido, gracias a su esfuerzo, habiendo partido de la pobreza, ingrese en cualquier partido español y comience a hacerle la pelota al Pepiño Blanco de turno, con la idea de llegar hasta la presidencia del partido. Porque en España hay muchos que habiendo comenzado con nada, y aún con menos, se han enriquecido en grado sumo. Algunos lo han logrado mientras hacían política, Dios me libre de decir que ha sido gracias a la política. Y la gente a la que se le puede atribuir el resentimiento los soporta.
Pero volviendo a la forma de vivir estadounidense, conviene reconocer que en aquel país a una persona con talento e iniciativa le resulta más fácil triunfar que en otra parte. Pero todos no tienen talento e iniciativa; por tanto, habría que habilitar algún tipo de ayuda para los más desfavorecidos. La gente común acepta el sistema sin rechistar, quizá porque está anestesiada con “el sueño americano”. Ellos confían en que si no consiguen triunfar ellos lo harán sus hijos o sus nietos. Lógicamente, es muy bajo el porcentaje de personas que lo logra. Hillary Clinton hizo alguna propuesta interesante sobre la Seguridad Social, pero allí es muy difícil de establecer, a causa de los intereses creados. Y a lo peor la Seguridad Social está en peligro en Europa, a causa de la ceguera de los políticos.
El resentimiento español se ceba más en quienes padecen algún tipo de desventura, en los que sufren indefensión. Y lo utilizan los politicastros, que tanto abundan, en beneficio de sus intereses.

domingo, 23 de marzo de 2008

La negritud de Obama

Alguien, que sin duda se cree muy avispado, ha dicho en Estados Unidos que Obama ha llegado hasta donde está porque es negro. Quizá ha llegado a esa conclusión mirando la lista de los presidentes de Estados Unidos. Cuando se trata de desmerecer a alguien todo vale. Lo cierto es que quien ha dicho eso también podía haber caído en la cuenta de que hace falta coraje para pretender convertirse en el primer presidente negro de la historia de Estados Unidos. Todo lo que haga va a ser observado con lupa, por lo que no va a poder consentirse ningún tipo de relajamiento. Bien mirado, esta circunstancia es una garantía para los estadounidenses. Algo similar podría decirse de Hillary, puesto que en su caso sería también la primera mujer en presidir el gobierno de la primera potencia mundial. Pero en este caso su circunstancia está algo atenuada puesto que ya son varias las mujeres que presiden o han presidido los gobiernos de naciones de primera magnitud en el orden mundial. Hillary no sería vista, pues, con ninguna reticencia.
Las naciones parecen buscar en cada momento el gobierno que necesitan, o que creen que necesitan. Quien ganó unas elecciones quizá no las hubiera ganado veinte años antes o después. El momento actual resulta muy preocupante para el pueblo estadounidense, que ha enterrado montañas de dinero en la invasión de Iraq, país que ha destruido por completo, y además se encuentra inmerso en una gran crisis económica, a la que ha llegado por distintas causas, que a lo mejor se hubieran podido prever y evitar o paliar. A grandes males, grandes remedios, parece decir el país y acaso éste sea el motivo fundamental del ascenso del joven líder negro, o de Hillary. Si el presidente actual fuera de mayor calidad que Bush, puede que ambos candidatos demócratas hubieran tenido las cosas más difíciles. No obstante, nadie puede creerse vencedor antes de hora. Cualquier vicisitud que ocurra en el momento preciso puede hacer cambiar el sentido del voto de muchos. No puede descartarse de antemano la victoria de John McCain, por más que en Europa se desee mayoritariamente el triunfo de Obama.