martes, 18 de febrero de 2014

La izquierda valenciana

La izquierda tiene vocación internacional, mientras que el nacionalismo es puramente local, defiende lo suyo por encima de todo. La izquierda es incompatible con el nacionalismo. De ahí que si asume las tesis de los nacionalistas dé pie a pensar que no las tiene propias.
Si todo lo que tiene que aportar la izquierda valenciana es el odio a la derecha, apaga y vámonos. Nelson Mandela supo postergar sus propias pasiones en beneficio de los intereses de su pueblo. Nadie tiene derecho a odiar, porque el odio perjudica a quien lo siente. Pero Mandela tuvo muchas tentaciones para sucumbir al odio, puesto que vivió un largo tiempo en la cárcel y en condiciones penosas. Y supo resistir esa tentación y ahora muchos que sí que odian quizá lo adopten como emblema.
En Cataluña, la izquierda se ha puesto al servicio de la burguesía catalana, que es la que lo tiene todo bajo control, de modo que pasito a pasito, van llevando a los catalanes a la pobreza. Pero a los burgueses catalanes les va bien y quizá a los socialistas catalanes les vaya igual. Cuando Cataluña sea pobre, la culpa la tendrá Madrit y los burgueses catalanes habrán acrecentado sus fortunas y no sé cuál será el caso de los socialistas catalanes.
Los izquierdistas valencianos están en contra de la burguesía valenciana, lo que en principio es un dato a favor, pero ocurre que están al servicio de la burguesía catalana, ayudando en sus ansias imperialistas y sumándose a sus intromisiones lingüísticas, y eso lo explica todo.
Durante años, alguien tan incompetente como Francisco Camps, y no sé si tildarlo de incompetente es poco, ha podido cometer sus desmanes porque la oposición vive de espaldas al pueblo. Y ahora esa oposición, sin sentirse culpable por no haber sabido impedir la destroza hecha, se relame de gusto y se enroca en su defensa de los postulados nacionalistas catalanes. ¡Cielos, qué horror!
 


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