El nombre de Sabino Arana está
indefectiblemente ligado al mal. Es uno de esos personajes nefastos
cuya función en la vida consiste en recordarnos lo malos que podemos
llegar a ser si nos descuidamos. Ser una persona cabal es mucho más
difícil, como dejó escrito Hannah Arendt:
«Es
un ‘desafío al pensamiento’, como dije, porque el pensamiento
trata de alcanzar una cierta profundidad, ir a las raíces y, en el
momento mismo en que se ocupa del mal, se siente decepcionado porque
no encuentra nada. Eso es la ‘banalidad'. Sólo el bien tiene
profundidad y puede ser radical»
.
Todo
en Sabino Arana es banalidad:
«'Cien
vidas que tuviera, cien padres, cien madres, cien hermanos, cien
esposas y cien hijos, ahora mismo los daría todos, si de ello se
siguiera la salvación de mi patria.'
'Antiliberal
y antiespañol es lo que todo vizcaíno debería ser'».
Es
lógico que tenga seguidores y que hasta incluso el particular rey de
la ensaimada que habita en tierras vascas lo defienda, porque el mal,
como cosa banal que es, tiene mucho atractivo. Lo que resulta más
difícil y complicado es seguir la senda del bien, que exige
esfuerzo, fruto del interés y de la meditación profunda
subsiguiente.
Las
ideas de Sabino Arana, por llamarlas de alguna forma, han dado lugar
a atentados con resultado de muerte en casi mil casos, mutilaciones
graves, han provocado la locura de grandes masas de personas, que han
conseguido mantener la sensatez sean repudiadas, que decenas de miles
de personas hayan tenido emigrar a otros lugares menos contaminados,
etc.
Debe
de estar en el infierno, claro. ¿Cómo es posible que habiendo
existido tipos como Sabino Arana no haya infierno? Estará allí,
viendo con sus ojos todo el mal que hecho, todo el dolor que ha
contribuido a causar, todo el crecimiento del odio que sembró. Se
retorcerá de dolor al ver que otras personas tan descerebradas como
él le rinden homenaje. Pediría a los demonios que tengan compasión
de él y maten su alma.
'Paris-Austerlitz'
'Internet negro'
'Manual de insultos para políticos'
'Los hombres que susurran a las máquinas'
'Al pie de una pared sin puerta'
'A pesar de los pesares'
'El árbol del silencio'
'El bucle'
'Internet negro'
'Manual de insultos para políticos'
'Los hombres que susurran a las máquinas'
'Al pie de una pared sin puerta'
'A pesar de los pesares'
'El árbol del silencio'
'El bucle'
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