Explicó luego que los hinchas de un club
de fútbol las estaban degradando, deshumanizándolas, al tratarlas
como si fueran animales.
Los energúmenos les echaban monedas al
suelo, quemaban billetes, las obligaban a hacer flexiones, entre
risas y burlas.
Se acercó el señor a ver qué pasaba y
al comprender la situación les dijo que así no se hace, y les dio
una moneda en la mano a cada una. La civilización a veces consigue
sonrojar a la barbarie.
El
señor ha dado una lección más, al explicar a la prensa su acto:
«Fue
algo que surge de uno, que todos tienen que hacer. Por eso no quiero
darme publicidad, porque no quiero que se piense: “Lo hace porque
enseña Ética”. No, lo
hice porque hay cosas que todo ser humano tiene que hacer».
Hizo
otra afirmación que convendría grabar en bronce: «Para
mí son más importantes los hechos que las palabras, como todas las
personas anónimas que aportaron su grano de arena a la humanidad».
Hay
cosas que todo ser humano tiene que hacer y la importancia de los
hechos.
Pero
vivimos en un país, España, en el que todas reglas que este señor
conoce tan bien se conculcan diariamente, ante la pasividad de la
mayoría o la complicidad de muchos. En
el País Vasco, la pasividad y la complicidad de tanta gente ha dado
lugar
al libro 'Mal
consentido', cuya
lectura a buen seguro resulta imposible al menos a la mitad de los
españoles, puesto
que verían reflejada en sus páginas muchas cosas que se niegan a
considerar.
En
España proliferan los casos de acoso moral en el trabajo, de acoso
escolar, y
cualquier otro tipo de acoso, y en ellos habría que actuar del mismo
modo que este señor y por idénticos motivos. Hay que tener en
cuenta que el acoso, por
lo general,
es muy difícil de probar, pero
los daños que produce son irreparables.
'Paris-Austerlitz''Internet negro'
'Manual de insultos para políticos'
'Los hombres que susurran a las máquinas'
'Al pie de una pared sin puerta'
'A pesar de los pesares'
'El árbol del silencio'
'El bucle
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