Pablo Iglesias es un núcleo irradiador
que todo lo que irradia apesta. Ahora ha dicho que Alberto Rivera es
cuñado del PP. Ensarta las estupideces, una tras otra, quizá sin
darse cuenta de que lo son.
Una
de las más dignas de tenerse en cuenta es esta: “Me
rompí el hueso de una mano por dar un puñetazo. Y di un puñetazo,
no porque alguien de mi situación socioeconómica se vea muchas
veces en esa situación, sino porque estábamos en un centro social,
en el laboratorio, y un grupo de lúmpenes, eso, gentuza de clase
social mucho más baja que la nuestra, quisieron robar una mesa de
mezclas a unos raperos…”
Su
especialidad consiste en descalificar, insultar y amedrentar. No
puede hacer ninguna propuesta porque su finalidad, evidente a todas
luces, consiste en instaurar una dictadura de izquierdas en España.
Los
votantes de Podemos, según personas que entienden de esto, se
comportan no como simpatizantes o votantes de un partido político,
sino como fieles de una religión. De
ahí que sean capaces de hacer escraches, que
actúen como hordas en defensa de Colau porque un académico se ha
permitido opinar sobre ella. Y con bastante fundamento, por cierto.
Lo
que no tiene fundamento es que lo tilden de machista por decir que
Colau es ignorante, cosa que demuestra cada vez que habla.
El
núcleo irradiador, al calificar a Rivera como cuñado del PP, ha
irradiado una bajeza más, y es que en el mundo de las bajezas es el
rey, aunque la competencia es muy dura.
Precisamente, lo
que está haciendo Rivera es ayudar al PSOE y a Podemos a
descalificar al PP, aunque en su caso, y para que no se note, centra
sus críticas en Rajoy.
Lo
que no se atreverá a hacer jamás Pablo Iglesias es criticar al
chavismo, ni al gobierno de Irán por
muchas infamias que hagan.
'Paris-Austerlitz''Internet negro'
'Manual de insultos para políticos'
'Los hombres que susurran a las máquinas'
'Al pie de una pared sin puerta'
'A pesar de los pesares'
'El árbol del silencio'
'El bucle'
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