La señora Munté, a pesar de su
indigencia intelectual, posee un cargo importante en la Generalidad
Catalana. Este dato sirve para confirmar la presunción de que los
cargos se dan a quienes hacen mejor la pelota, y hay muchos más
ejemplos como este.
Esta señora, cada vez que habla las dice
bien gordas y los catalanes que se precien deberían tener vergüenza
de los que presente una persona así, pero no sólo es ella. El
ejército de Pancho Villa les podría dar muchas lecciones de
Urbanidad, conocimientos legales y sentido del
honor a estos.
Ahora ha llamado a la gente a participar
en manifestaciones contundentes si el Tribunal Constitucional
inhabilita a Forcadell, otra que tal baila. O sea, la señora Munté
pide a la gente que actúe en contra de sus propios intereses, porque
el interés de todos y cada uno de los ciudadanos es que se cumpla la
ley. Si no es así, el país se convierte en una selva y prevalece la
ley del más fuerte. Es la ley la que permite que los ciudadanos
puedan vivir tranquilos y defenderse si consideran que su dignidad ha
sido pisoteada.
Pero llega Dolca Cataluña y ante tanta
desfachatez dice lo siguiente:
«El
nacionalismo nos lanza al conflicto. ¿Cómo
evitarlo?
Ni
cárcel, ni tanques, ni las exageraciones que busca el nacionalismo. Inhabilitación, multas, legalidad, serenidad, unidad, oportunidad y comunicación.».
Pues no. Si la ley dice cárcel, pues
cárcel. El traje a rayas seguramente les sienta muy bien a
Puigdemont, Forcadell y a la misma Munté. Lo de los tanques no es
que sea una exageración, sino que sencillamente es innecesario. Lo
de las multas sería realmente disuasorio si las pagaran ellos, pero
me temo que las tendría que pagar yo a través de Montoro.
Si los nacionalistas son capaces de
disfrazar de héroe a Companys, también serían capaces de hacerlo
con algunos otros, pero no por eso debería dejarse a nadie en la
calle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario