viernes, 12 de agosto de 2016

Condenan a muerte al Dormilón Siniestro

Ha sido en Los Ángeles, California, y el condenado a la pena capital responde al nombre de Lonnie Franklin Jr. Es un asesino en serie que ha enviado al otro mundo a una decena de mujeres al menos.
Resulta sorprendente, aunque quizá se trate de una fórmula habitual en aquellos lugares, que la juez, Kathleen Kennedy, al dar cuenta de la sentencia, dijese que “los crímenes no son justificables bajo las leyes de Dios o de los hombres”. No hay ninguna necesidad de invocar a Dios, y menos habiendo una pena de muerte por en medio, puesto que se trata de la justicia humana. Por otro lado, la existencia de Dios es posible, pero nadie la ha probado ni la podrá probar jamás y en esas condiciones es imposible conocer sus leyes.
Puesto que se nombra a Dios al hablar de la sentencia, sería correcto preguntarse si estará de acuerdo con la pena de muerte, cosa que, en principio, cuesta mucho suponer, salvo que se trate de un dios imaginario al que se recurre de forma retórica.
En España tenemos criminales tan sanguinarios como el tal Dormilón, si no más, como son los casos de De Juana, Azpiazu, Bolinaga y muchos otros, bastantes de ellos todavía sin ser atrapados y juzgados. Pero en lugar de haber sido condenados a muerte se están chuleando y burlando de toda la sociedad, con el apoyo de la parte más infame de ésta.
Ni tanto, ni tan calvo cabría decir. Si la pena de muerte causa dolor y vergüenza ajena, porque supone poner a la sociedad a la misma altura que la persona a la que se va a matar, que los terroristas se burlen de las víctimas, y el caso más reciente es el de Otegui, resulta intolerable. La cadena perpetua y la pertenencia a un grupo terrorista como agravante para cualquier delito, parecen soluciones aceptables.


No hay comentarios: