Como soñar es gratis, pensábamos que el
PSOE intentaría aprovechar la catástrofe en la que está sumido
para recuperar su ideología y ceñirse a ella, desprendiéndose de
todo lo que le sobra, que es mucho y que, sin duda, por el
desconcierto que provoca en sus votantes, le ha conducido hasta la
penosa situación actual.
Pero ya se ve que lo que impera en este
partido desde los tiempos de Felipe González, es el pan para hoy y
hambre para mañana. El pacto del PSE con el PNV, que se ha tragado
la dirección del PSOE, no invitaba a soñar precisamente. Ese pacto
viene a ser lo que vulgarmente de conoce como bajada de pantalones.
Supone un entreguismo absurdo, vergonzoso y la asunción de un lastre
que ha de pasar factura en los tiempos venideros.
Confiar en Susana Díaz, por otra parte,
era arriesgado, habida cuenta de su historial y de su trayectoria al
frente del ejecutivo andaluz. Lo que ocurre es que es tal el pánico
que provocaba, y sigue provocando, el inepto y ambicioso Pdr Snchz,
al que sólo los paniaguados pueden alabar, que la lideresa andaluza
llegó a parecer el bálsamo de Fierabrás. Pero ya se ha roto el
hechizo. Los sueños duran hasta el despertar y Susanita nos ha
despertado de mala manera yendo a reunirse con ese orate bailarín
que responde al nombre de Iceta, y no es broma.
A partir de aquí ya se sabe. El PSOE,
como Joe Rígoli, insiste en el ‘yo sigo’. El PSOE abrazado a esa
farola que es el nacionalismo, del cual no cabe esperar nada bueno.
El partido socialista español es el peor de los partidos socialistas
del mundo civilizado. El único que colabora con el nacionalismo y le
ayuda a esparcir sus maldades por España. El nacionalismo es una
ideología concebida para hacer el mal y el PSOE es su cómplice.
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