martes, 9 de mayo de 2017

La religiosidad de Marta Ferrusola

No deja de tener cierta lógica que Marta Ferrusola se identificara como la madre superiora de la Congregación y que usara los misales como unidad de medida. De dinero, por supuesto.
Tiene lógica porque el nacionalismo guarda muchas similitudes con la religión, con sus dogmas que sus fieles creen a pies juntillas, con sus ceremonias y hasta con sus inventos e interpretaciones de hechos antiguos.
Pero es una madre superiora un tanto peculiar, e incluso estrafalaria. Cuando ella y su marido saludaron al papa, no observó excesivo entusiasmo en éste, y en lugar de pensar, como habría hecho cualquier católico que se preciase, que su conducta, probablemente, no era la adecuada, lo que le dijo a su cónyuge fue: Este hombre no nos aprecia. Lo rebajó de papa a hombre, dejando entrever que era el propio papa quien debía procurar ganarse el favor de ellos. Esto último si han sabido entenderlo los obispos y cardenales que operan en Cataluña y quizá de ahí el desconcierto de la aguerrida madre superiora. El bajón ha venido luego. Quienes han sucedido a este par al frente de esa religión secesionista no están a la misma altura ni mucho menos. Le siguió alguien que podía ser locutor de televisión y luego de éste no han venido más que patanes.
Pero si ella ha demostrado tener sentido del humor, creatividad y casta, y en sentido cabe recordar que le dijo a un periodista que cuando acabara todo se verían las caras, o que mandó a otro a la mierda, su propio marido también tiene otras perlas de las que presumir:
¿Qué coño es la UDEF?, si tiramos de la manta nos haremos daño todos.
El daño ya estaba hecho desde mucho antes que nadie pudiera tirar de la manta. Toda la política española se ha convertido en un estercolero y algo ha tenido que ver en el asunto este par.


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