martes, 16 de mayo de 2017

Drama de una sueca en Ibiza

Se trata de una señora sueca establecida en Ibiza y que hasta el momento disfrutaba mucho de la isla.
Los problemas vinieron al tener que escolarizar a su hija. Como tantos otros lugares de España, Ibiza cosmopolita y tolerante, y de hecho la mayoría de la población lo es. Lo que ocurre es que una parte de los aborígenes están infectados de esa enfermedad maligna y sin cura que se llama nacionalismo. En donde logra penetrar, viene el declive. Incluso un partido como el PSOE puede llegar a desaparecer por esta causa. El nacionalismo, además, produce tal ceguera que cuando el PSOE ya no sea más que un recuerdo sus antiguos afiliados se preguntarán qué cómo es que pudo morir. Pues ya se lo he dicho yo ahora.
Esta señora sueca ha venido a chocar con los nacionalistas, dado que a su hija la obligan a estudiar en catalán.
Parece mentira, pero es cierto. Y lo más chocante es que ese catalán que quieren que aprenda esa niña, según el padre Batllori, es un dialecto infame e infecto. https://www.change.org/p/alcalde-de-valencia-al-alcalde. Pero ahí están esos y otros salvajes de otros lugares imponiéndolo por las bravas, y como cree el ladrón que todos son de su condición, piensan que si el español tiene tanta difusión es porque fue impuesto.
Seguramente, estos aborígenes que de forma salvaje imponen el dialecto catalán a quienes no lo quieren aprender se dan cuenta de que su intento tiene poco recorrido. Lo más probable es que sirva para acelerar la desaparición de ese dialecto, porque la mayoría de los que aprendan lo suficiente para aprobar lo olvidará enseguida y quienes suspendan por su culpa todavía más pronto.
Resulta chocante que a quienes tratan de poner cordura en el asunto se les llama, fascistas, fachas, botiflers, españoles, españolazos y otras lindezas, con lo cual se retratan a sí mismos quienes lo hacen.


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