jueves, 11 de abril de 2019

Aceptar el destino

Finalmente, han desaparecido los problemas, o eso parece. Había un enlace en Amazon en el que ponía que el libro no estaba disponible y otro en el que sí estaba. El primero de ellos ya no está y solo queda el bueno: https://www.amazon.es/dp/1093148667
El libro está dedicado a mi tía Virtudes Torres Pérez, fallecida en 1968, cuyos méritos eran de los que no se valoran en nuestro mundo. El personal no se da cuenta de que ser buena persona cuesta mucho esfuerzo. Pertenezco al nutrido grupo de quienes no se dieron cuenta, pero con el tiempo he recapacitado. Al dedicarle el libro a mi tía, cuyo nombre le venía como anillo al dedo, porque sus virtudes eran muchas, parece que le devuelva algún favor, pero nada más lejos de la realidad. El favor me lo sigue haciendo ella a mí.
El libro es de ensayo y en él hablo de asuntos que son cruciales para la vida de las personas y que, no obstante, pasan desapercibidos o se les tiene en cuenta, según se percibe en la conducta de mucha gente, porque seguramente actuaría de otra forma si tuviera mejor información. Temo que el libro resulte desasosegante para algunos, pero estas cosas ocurren siempre y tampoco había modo de evitarlo.
En uno de los capítulos cuento algunas de mis experiencias en las asociaciones de superdotados, en las que ya no estoy. Comienzo diciendo para qué se fundaron y acabo contando para qué se usan, o para qué sirven a quienes están en ellas.
Hay diecinueve capítulos en el libro, o si se prefiere, dieciocho y un epílogo, en el que se tratan cuestiones muy variadas, desde la infancia hasta la vejez, pasando por la importancia de los Reyes Magos, la suerte, los necios, el aborto, el agradecimiento o la muerte, desde una perspectiva poco habitual, con ángulos inadvertidos, porque nuestra mente nos muestra lo que nos conviene, aunque la vida puede obligarnos muchas veces a mirar otras cosas.

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