viernes, 19 de abril de 2019

Ningún niñato de Podemos me podrá refutar

Son niñatos en el sentido de que no proponen más que utopías irrealizables, puesto que el Estado no tiene más dinero que el que recauda, y buena parte de él procede de la clase trabajadora, a la que se asfixia sin miramientos.
También pagan impuestos sobre la renta del trabajo las clases pasivas, cuyos ingresos, como es lógico, no pueden considerarse renta del trabajo.
Y, sin embargo, estos sujetos no piensan más que en subir los impuestos para repartir luego el dinero alegremente.
Con estas subidas de impuestos que pretenden ahogan a las empresas, que se ven, como consecuencia, obligadas a adelgazar sus plantillas mandando trabajadores al paro, que es lo que seguramente quieren, porque cuanta más gente desesperada haya más votos tendrán.
Por su parte, Irene Montero ha dicho que nadie le ha regalado nada, que el chalet se lo está pagando. Si la gente se da cuenta de que es una engañifa y deja de votarla veremos si puede seguir pagando la hipoteca o no.
Tras este exordio mediante el que justifico el apelativo de niñatos, paso a explicar que no podrán refutar jamás ninguna de las afirmaciones que hago en el libro ‘Aceptar el destino’, https://www.amazon.es/dp/1093148667, que no tiene que ver directamente con ellos, pero sí con su modo de entender el mundo o la vida.
Todo lo que hacen, dicen o piensan es falso, porque no tiene ninguna base ni punto de sujeción.
Todo lo que proponen lleva a la catástrofe de modo irremediable y lo mejor que se puede hacer ante sus propuestas es ignorarlas.
Hemos llegado a un punto en que la gente, que tiene toda la información a un clic, no se informa, sino que se traga sin rechistar los eslóganes, y si esto es así, la deducción es clara: tampoco piensa. De ahí que las mentiras y las trampas no se tengan en cuenta.

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