Este es el tuit (tiene muchos más abundando sobre lo mismo): «@JoaquimBoschGra
En 16 años como juez instructor no he tenido una sola ocupación de 1ª vivienda. Todas han sido de inmuebles vacíos, sobre todo de bancos y otras entidades. Hay que aplicar la ley, pero también garantizar el derecho a la vivienda, sin generar miedo social por intereses económicos.
12:01 p. m. · 25 ago. 2020».
Contaré un solo caso, al que ya me referí el 29 de enero de 2019, con el título ¡Malditos ocupas! Mi hermana se estaba muriendo en el hospital y su hija, mi sobrina, estaba en otro hospital, aquejada de una enfermedad de larga duración. Al estar su casa vacía, unas personas que no tenían la ocuparon. Mi sobrina salió del hospital al recibir el alta y no pudo ir a su casa. Un año después, aproximadamente, de haberla ocupado un juez les dijo a los ocupantes que se tenían que ir y se fueron. Pero en la casa no quedó nada, ni muebles, ni toda la colección de fotografías familiares, ni la correspondencia que guardaba, ni el ordenador, nada. No quedó tampoco ni un solo libro. Las estanterías llegaban desde el techo hasta el suelo, y estaban repletas, rebosantes de libros. Algunos de ellos tenían más de cien años.
Lo que se pretende con el fenómeno ocupa es hundir la economía de la nación. Conozco a más de un albañil que se ha deslomado trabajando para dejarles una vivienda a sus hijos. Nadie tiene la obligación de ser un experto en inversiones, pero lo de comprar una vivienda o más, para el hijo o los hijos ha sido muy frecuente toda la vida. En la situación actual, que quisiera eternizar el tal Joaquín Bosch, nadie va a querer comprar una segunda o tercera vivienda, y esto es un freno para la economía. Es más, todos aquellos que no tienen sus propiedades vigiladas temen irse de vacaciones, porque al volver se pueden encontrar con una sorpresa.
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