Quien emplee su tiempo en indagar en las entradas antiguas de este blog se encontrará con muchas críticas mías a la mítica alcaldesa de Valencia, la que supo encarnar tan bien el alma valenciana. Pero mis críticas siempre tuvieron lugar cuando ella era poderosa en intocable.
Cuando dejé de hacerlo, porque ya no tenía justificación, llegó el momento de los canallas, de las multitudinarias jaurías de fieras inmundas. Digo esto porque ahora se quejan quienes menos derecho tienen a hacerlo, por una pintada en una carretera
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Los que organizaron el acoso a Rosa Díez, los que se abrazan con etarras, los que señalaron a una señora, para que fuera acosada porque no quiso alquilar una vivienda de su propiedad al precio que querían ellos. Como suele ocurrir con esta clase de gente, ahora lloran cuando prueban su propio jarabe democrático.
El caso es que Rita Barberá fue traicionada, cuando ya no tenía ningún poder, por personas a las que había favorecido. Mientras estuvo en condiciones de seguir favoreciendo, no dijeron nada. Cuando ya no podía seguir repartiendo sus favores, entonces la traicionaron.
Yo mismo vi pintadas brutales frente a su casa, en la Glorieta, pintadas que provocaban nauseas. Si quienes le hicieron esas cosas fueran seres humanos, tendrían vergüenza.
Un ser humano debe comportarse siempre según los patrones de la civilización y tiene que decir las cosas cuando es el momento de decirlas y si no las dice entonces, luego ha de callar.
Mi disconformidad con Rita Barberá se acabó cuando llegó el siguiente. Otros vendrán que bueno te harán, dice el refrán. Ahora añoro vivamente a Rita Barberá y siempre maldigo a los que fueron injustos con ella.
El PP la utilizó como reclamo electoral, se sirvió de ella como icono durante mucho tiempo, y en el tiempo amargo la dejó sola, abandonada, tirada en un rincón.
‘2016. Año bisiesto’
‘El Parotet y otros asuntos’
‘Diario de un escritor naíf’
‘Yo estoy loco’
‘Valencia, su Mercado Central y otras debilidades’
‘1978.El año en que España cambió de piel’
‘Tránsito en la mirada’
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