jueves, 26 de mayo de 2011

El joven del megáfono

Caminaba por una calle cercana a la plaza del Ayuntamiento, en donde acampan los indignados, cuando he adelantado a un grupo de jóvenes, uno de los cuales llevaba un megáfono en la mano. De pronto, se ha puesto a hablar: No soy un loco con un megáfono. Si la duda es uno de los nombres de la inteligencia, este chico no debe de ser muy inteligente puesto que hablaba con absoluta seguridad. Aparte de que hay cosas peores que estar loco.
Por su forma de hablar, lo relaciono con los acampados. ¡Ya nada será igual!, oigo que dice, mientras lo voy dejando cada vez más atrás. Está ocurriendo algo muy importante en todo el mundo, y entonces pienso que el 15-M empieza a desfallecer. El mundo, y particularmente España, está lleno de gente que se cree capacitada a cambiar las cosas para mejor. Esas personas suelen dedicarse todas a la política, y las consecuencias las tenemos a la vista.
Que los acampados se crean importantes y piensen que van a arreglar el mundo es pura locura. Hay que volver a Sócrates, que algo de influencia tuvo, pero que nunca se creyó importante y jamás pensó que pudiera poner orden en las cosas.
Una cosa es que haya un grupo más o menos grande de personas que esté harta de la mierda que nos ha caído encima como consecuencia de la ineptitud de nuestra clase política y de la codicia de otros, y otra muy distinta que ya se crean los salvadores del mundo.
Es razonable que se reproche a los políticos su falta de control sobre la codicia; pero ellos mismos van dejando adivinar que en lo que sueñan es en sentarse en un consejo de administración y, por tanto, no quieren poner en riesgo sus posibilidades. Primero sueñan con arreglar el mundo y luego abandonan esta idea y se conforman con cambiar su circunstancia personal.
Si los indignados comienzan a decir tonterías similares a las de los políticos podemos comenzar a despedirnos de cualquier esperanza que se haya depositado en este movimiento.

1 comentario:

Helio dijo...

No tiene nada que ver nuestro sistema, con los paises arabes donde ha habido revueltas, pero mi impresión es que alguien ha movido los hilos en las redes sociales para que lo parezca.
Este movimiento, aparte de los perjuicios en las zonas donde acampan, no es malo si no se radicaliza, pero creo que ya es hora de dejar las acampadas que están comenzando a crear muchos perjuicios a otros ciudadanos.
Saludos Vicente.