miércoles, 9 de abril de 2014

El ridículo de Fernando Ónega

Fernando Ónega lleva mucho tiempo en el periodismo, en lugares de relumbrón, y no se le puede negar que tiene pericia en el oficio. Por eso es raro que se preste a escribir artículos como el titulado Celofán de diálogo, en el que pone al mismo nivel a los demócratas y a quienes instan a delinquir y amenazan con ello.
Si se compara el citado artículo de Fernando Ónega con el escrito, por ejemplo, por Pablo Sebastián sobre el mismo asunto, titulado Mas pierde el debate en el Congreso, se percibe claramente la enorme diferencia que hay entre ambos. Ante este detalle, cabría hacerse la pregunta de cuanto han cobrado cada uno de ellos por su trabajo y surge la duda de si Ónega ha cobrado más, y eso que Sebastián se paga a sí mismo.
Fernando Ónega, escribe Catalunya, en lugar de Cataluña, que suena mejor, puesto que el artículo está en español.
No cita ni una sola vez a Rosa Díez, ni tampoco a UPyD, cuyo discurso es magnífico e insoslayable. Es un valor seguro para los españoles de bien y para los socialistas que se den cuenta de que Rubalcaba y el partido que dirige están dentro de un laberinto de contradicciones cuya salida sea muy difícil de encontrar.
Y si ha sido capaz de olvidar a una oradora tan brillante como Rosa Díez también lo ha sido de dar aires de dignidad a los lamentables discursos de los tres patanes que mandó Mas en su lugar. Claro que pensar que Mas lo hubiera hecho mejor que ellos es un alarde de la imaginación. Otro que también buceó en la ciénaga es Duran Lleida, cosa que también omite el bueno de Ónega.
El colmo de los disparates de Ónega es cuando se pregunta si Rajoy avivó el incendio. Eso es una bobada. Lo que ha hecho Rajoy es echar un cubo de agua a un incendio que ha dejado crecer anteriormente. Los incendiarios son otros, como bien debe de saber.

No hay comentarios: