jueves, 17 de abril de 2014

Susana, la esperanza socialista

Los socialistas se pasan la vida criticando a Rosa Díez, a la que llaman traidora y no sé cuántas cosas más. En lugar de eso podrían dedicarse a tratar de salvar el partido del hundimiento que se le avecina.
Por lo menos, Rosa Díez tiene las ideas claras con respecto a los nacionalistas, mientras que Rubalcaba no sabe qué hacer con los socialistas catalanes. Últimamente, se le ocurrió decir: somos socialistas, no nacionalistas. Ya era hora, pero podría haber añadido que ambas cosas son incompatibles. Hubo un momento, anterior a este, en el que parecía que Susana Díaz iba a poner orden en este punto, pero enseguida se vio que no es que ella sepa por donde va, como Rosa Díez, sino que todo se debe a cálculos electorales.
Con respecto a la corrupción, es UPyD el único partido que se querelló con Bankia, a pesar de los escasos medios de que dispone. Dos años después lo ha hecho IU, que debía de tener mucha más información puesto que disponía de un representante en el consejo de administración de la querellada. Lo que debería hacer el PSOE, en lugar de llamar traidora a Rosa Díez, es querellarse con Bankia.
Lo de Susana Díaz, con respecto a Andalucía, es de nota. En lugar de ponerse a investigar la corrupción, alega que el gobierno ha abierto una causa general contra Andalucía. Eso de envolverse en la bandera lo debe de haber aprendido de Jordi Pujol, uno de los tipos que más daño ha hecho a la democracia española. Ese es el respeto que tiene por los ciudadanos. En lugar de ponerse a su servicio, trata de manipularlos.
España es un país con más sectarios que demócratas. Es lógico que sea así, dados los siglos de absolutismo padecidos. Se nota en todos aquellos que critican la corrupción de los contrarios, pero perdonan la de los propios.

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