Otra contradicción de Rahola

La gritona Rahola (dicen que grita mucho), en el uso de la libertad que le proporciona el dinero que gana insultando a los españoles ha decidido llevar a su hija a un colegio suizo por el que paga más de lo que ganan cinco trabajadores.

Hay que hacer algunas precisiones, no obstante. Yo no le doy a ganar voluntariamente ni un céntimo, puesto que hace tiempo que no leo nada de lo que escribe ni la sigo en ninguno de los medios en los que participa. El dinero que pueda cobrar o haber cobrado por sus actividades como política lo ha recibido de forma ajena a mi voluntad, porque creo que su partido no debería haber sido autorizado. Esos partidos cuyos objetivos sólo se pueden cumplir mediante la gestión del odio están fuera de lugar en todas partes.

Dicho lo anterior, cabe señalar que es contradictorio que una señora cuyo ideario quepa dividirlo en dos, y una mitad corresponde a la extrema izquierda y la otra mitad al nacionalismo de izquierdas, que es un oxímoron, lleve a su hija a un colegio tan caro. Con ello demuestra que lo que realmente le importa es ganar mucho dinero. Y que desea que su hija tenga ventajas sobre los demás.

Goza de libertad y disfruta de ella, pero se la niega a los ciudadanos comunes, a los que quiere imponer la lengua que se le antoja a ella.

Hace poco protesté al revisor por el hecho de que en el tranvía de Valencia se anuncian las paradas en una lengua que no entiendo. Y hubo quien me relacionó con el franquismo, cuando lo que yo reclamaba era respeto para todos y me quejaba de la imposición lingüística.

Por cierto, Rahola estará contenta con la actual situación valenciana, en la que la márfega comienza a tener una presencia asfixiante. Cualquier día la veremos en el tocado de Puig.

'Condesa Natasha Brasova'
'La invención del reino vegetal'
'La eficacia de la creatividad'
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'Sine qua non. Poemas astrológicos'