Me parece una aberración impropia de los
tiempos actuales lo de los toros en la calle. Cuando hablo de los
tiempos actuales me refiero a lo que debería ser, no a lo que vemos
a diario. Deberíamos haber avanzado en la civilización y parece ser
que no.
La prueba es que persisten barbaridades
como la citada, que un descerebrado declaró Bien de Interés
Cultural, y otras similares.
Dicho esto, me parece muy bien que se
multe a otros descerebrados que tratan de impedir estos festejos
mediante el recurso de la fuerza.
En España, en donde no hay tradición
democrática, es frecuente que personas claramente antidemocráticas,
como son los nacionalistas, los podemitas y otros que quieren
conseguir sus propósitos como sea, reivindiquen 'acuerdos
democráticos' o 'voluntades democráticas'.
El movimiento se demuestra andando y la
calidad democrática se demuestra respetando las leyes y los deseos
de la mayoría, aunque no se compartan.
La democracia no es un sistema perfecto,
sino el menos malo de ellos y el pueblo se equivoca con bastante
frecuencia. Pero eso es lo que hay.
Yo no voy a los toros, de modo que si
todos hicieran lo mismo no habría problema. Tampoco me invento una
nación, ni participo en esa chorrada que tanto daño hace, sobre
todo a los más indefensos. ¿Qué le importa a un trabajador ser de
una nación o de otra? ¿Qué más le da hablar una lengua que otra?
Algunos se deben de estar forrando a costa de este delirio que han
introducido en las mentes desprevenidas. Algunos se tienen que estar
forrando y no deben de ser muchos.
La izquierda española, que se cree en
posesión de la razón y la verdad, debería bajar del burro y
ponerse a trabajar con el objetivo de enseñar, mediante el ejemplo,
a tener comportamientos democráticos y a desoír esos cantos de
sirena que no llevan sino a la catástrofe.
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