Al leer el título de su artículo
titulado ‘Todos somos Ana Julia Quezada’ el primer pensamiento es
que este señor habla en representación mía sin derecho para ello;
jamás le daré permiso para que hable en mi nombre.
Tras la lectura del artículo el
pensamiento ya se dirige abiertamente hacia Carlo Cipolla. Luis
García Montero se hizo famoso gracias a José María Aznar, que
habiendo tantos libros en el mundo, le dio por uno suyo durante una
votación parlamentaria. De su grado de agudeza cabe decir que en el
artículo citado al principio atribuye todos los males del mundo al
capitalismo. Cabría preguntarle entonces si todas las maldades que
han hecho los hermanos Castro, Chávez, Maduro, no las habrían hecho
si no existiera el capitalismo. Sin el capitalismo, Caín no habría
matado a Abel, ni Lucifer se habría cegado a causa de la soberbia.
Ya el becerro de oro que enojó a Moisés preludiaba la llegada del
capitalismo, tan nocivo según este melón, que tampoco se chupa el
dedo, porque ha conseguido que lo pongan a dirigir el Instituto
Cervantes.
Habría que preguntarle si fue el
capitalismo el culpable de que Stalin matara a tanta gente y de que
el influjo del comunismo siga haciendo de las suyas, siempre en
perjuicio de quienes caen en su trampa.
Puesto que a la vista de sus capacidades
cognitivas es evidente que no lo han hecho director del Instituto
Cervantes para que desarrolle una labor competente, sino que lo más
probable es que le hayan recompensado por su sectarismo, y esto
incluso él se dará cuenta de que está mal, y todo lo que está
mal, según él, es por culpa del capitalismo, su nombramiento tuvo
que ser, necesariamente, un acto capitalista.
Y es que los españoles tenemos una
izquierda que no nos merecemos. Da tantos motivos de divertimiento...
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