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jueves, 6 de marzo de 2014

Martínez Sistach, cardenal

Los hay que me llaman anticlerical, y quienes lo hacen no se fijan en la tropa de cardenales y obispos que tenemos en España.
¿O es que no se avergüenzan de uno que se llama Reig Pla, o del que atiende al nombre de Bernaldo Álvarez, por no hablar de Rouco Varela o Cañizares? Pero es que también andan en liza Uriarte, Setién, Pardo, Martínez Sistach y otros.
El nacionalismo no tiene nada que ver con la doctrina católica, que habla del amor entre los seres humanos. El nacionalismo concede prerrogativas a unos sobre otros, pero no en función de los méritos adquiridos, sino primordialmente por la adscripción servil a una idea. El hecho de haber nacido en un lugar determinado ya otorga de antemano ciertas ventajas ante los nacionalistas, pero además hay que aceptar los postulados de esta doctrina. Por criticarla, también me han llamado anticatalán, lo cual es falso; como mucho, soy antinacionalista.
El nacionalismo ha hecho que se rompan familias y que amistades de toda la vida se echen a perder. Pero hay obispos y cardenales nacionalistas que hacen comulgar ruedas de molino a sus feligreses. Lo que no conseguirán estos tipos es que yo ponga la X.
Con estos curas y cardenales pasa lo mismo que con los socialistas. ¿Qué tendrá que ver el nacionalismo, tan clasista, tan de derechas, tan discriminatorio, con el socialismo? Nada. Pero ahí están, los socialistas y los curas bailando con los nacionalistas.
Quizá lo que temen los curas y los socialistas sea que si se aferran a sus idearios pierdan clientes. Curiosa coincidencia. Los socialistas suelen ser ateos, aunque quizá los haya entre ellos que se declaren católicos y al mismo tiempo se les note que adoran al dios dinero. Los curas critican el materialismo de los socialistas, pero si caen en los dominios de los nacionalistas, también por materialismo, adoptan sus tesis. Y hay una monja por ahí que se llama Forcades.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Le hablan de Uriarte al papa

Hoy es el día en el que inevitablemente se recuerda a quienes ya no están con nosotros. Muchos de ellos dejaron de acompañarnos en nuestro periplo vital porque era ley de vida, o porque sufrieron un fatal accidente o acaso porque fueron víctimas de una acción delictiva. Las víctimas del terrorismo faltan porque fueron elegidas por unos seres despiadados con el fin de sumirnos en el terror a todos los demás.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo le ha escrito una carta al papa, explicándole la actitud del obispo Uriarte, por si quiere tomar cartas en el asunto.
Supongo que el hecho de mandarle la carta no tiene más objetivo que evitar que el papa no pueda decir que no sabía nada. Pero si lo sé yo, ¿cómo no lo ha de saber el papa? Faltan pocos meses para que la Iglesia haga campaña a favor de la X. Ya se me entiende. Aviso: Mientras la Iglesia dé cobijo a tipos como Setién, Uriarte, Forcades, Pardo, Sistach y similares. El tal Uriarte, al que no se entiende que la Iglesia no haya exculgado, junto con otros curas y obispos vascos, tiene algunas 'perlas' que lo definen: Cuando fue abordado por el Colectivo del Víctimas del Terrorismo en el País Vasco, dijo algunas: “la iglesia vasca tiene que estar cerca de su pueblo”, “la iglesia vasca tiene que ser comprensiva con las sensibilidades mayoritarias de su pueblo”, “la iglesia vasca tiene que defender los derechos humanos de todos, también los del pueblo vasco”.
Estas frases o perlas dan a entender que para este obispo lo fundamental no es predicar la fe y fomentar la fraternidad humana, sino atender a las apetencias de lo que él considera 'el pueblo vasco'. Aunque los componentes de este 'pueblo vasco' no cumplan ni uno solo de los mandamientos de la ley de Dios.
Este obispo, cuando Eta mataba sin parar, se fue de vacaciones a Portugal, y el papa se lo consintió.

martes, 26 de noviembre de 2013

A Ana Mato no le gusta un libro

Es difícil que pueda darse una democracia en donde no hay demócratas. En España, sin ir más lejos, las manifestaciones de fuerza son frecuentes. Los argumentos no se atienden y quienes necesitan confiar en la ley se sienten burlados a menudo.
El libro que ha motivado la protesta de Ana Mato no es de mi interés tampoco. Pero no parece contener ninguna ilegalidad. El acto de pedirle al obispo que lo ha editado que lo retire, sirviéndose para ello de su cargo ministerial, apunta a cacicada fallida, puesto que no parece que se le vaya a hacer caso.
Sin embargo, este episodio pone de manifiesto que va siendo hora de que el Estado reconsidere sus relaciones con la Iglesia Católica. Se le da un trato de favor, motivo por el cuál otras Iglesias también piden que se les reconozcan derechos y al final todas acaban abusando de los ciudadanos.
La Iglesia Católica de vez en cuando saca a sus fieles a la calle a manifestarse contra actuaciones legales del gobierno de turno. En la Iglesia Católica hay elementos tan funestos como Setién, Uriarte, Carles, Reig Pla, Martínez, Pardo, etc. Por no hablar de Rouco o Cañizares. O de Osoro.
Sería conveniente que el Estado se desentendiera totalmente de la Iglesia Católica. Es decir, que dejara de financiarla y de consentirle extralimitaciones. Los sucesivos presidentes del gobierno y sus ministros, a título personal, podrían seguir manteniendo sus vínculos con el credo religioso que gustaran, pero, obviamente, sin comprometer a los españoles.
El obispo está en su derecho de editar ese libro y si a Ana Mato no le parece bien lo que ha de hacer es investigar si incumple alguna ley. Y si no es el caso, consultar con sus compañeros de gabinete si convendría que la hubiera.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Las “aportaciones” de la Iglesia al bienestar común

Me acusan de anticlerical a veces. ¿Es que se puede crititar a Rajoy o Zapatero y hay que callar ante las animaladas que dicen Reig Pla, o Álvarez? Rouco es más moderado. Sólo dijo que “en Madrid se peca mucho”. Cañizares presumía de ser el cardenal español con más poder.
Lo de Setién, Uriarte, y otros obispos nacionalistas es peor. Lo de los curas que esconden etarras es significativo. Y sin embargo, el papa de turno corrió a excomulgar al entonces cura José Mantero, p0r ser homosexual. ¿Y por qué el papa no excomulga a la monja Forcades, a Setién y a Uriarte?
También merece la excomunión el obispo de Gerona, un tal Frances Pardo i Artigas. La pintora Dolors Caminal le escribió una carta al cura quejándose del uso inadecuado del campanario. La carta, que se puede leer en este enlace http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/1714-diario-del-ano-de-la-peste/2013/10/28/la-iglesia-colaboradora-necesaria.html, es inobjetable. Le respondió el tal obispo, de un modo que incita a mandarlo a cierto lugar.
Luego, durante la campaña de la renta, en todos los templos hay publicidad para que se ponga la X en la casilla de la Iglesia.
No terminan ahí los disparates, por desgracia. La deriva de la Iglesia, que tanto apego al poder viene demostrando en el transcurrir del tiempo, no cesa de dar motivos para que se le critique.
Más de medio centenar de entidades católicas catalanas apoyan el llamado Pacto Nacional por el Derecho a Decidir. Esto es una falacia y ha tenido que ser UPyD quien lo ponga de manifiesto, ante la inoperancia y contradicciones de los dos grandes partidos españoles que tenían la obligación de haberlo hecho antes.
¿Por qué la Iglesia tiene que dedicarse a sembrar el odio y la confusión entre las personas? ¿Por qué la Iglesia ha de estar a favor de los oligarcas catalanes y ha de embarcar a los pobres en algo que ni les va ni les viene?