Es
difícil que pueda darse una democracia en donde no hay demócratas.
En España, sin ir más lejos, las manifestaciones de fuerza son
frecuentes. Los argumentos no se atienden y quienes necesitan confiar
en la ley se sienten burlados a menudo.
El
libro que ha motivado la protesta de Ana Mato no es de mi interés
tampoco. Pero no parece contener ninguna ilegalidad. El acto de
pedirle al obispo que lo ha editado que lo retire, sirviéndose para
ello de su cargo ministerial, apunta a cacicada fallida, puesto que
no parece que se le vaya a hacer caso.
Sin
embargo, este episodio pone de manifiesto que va siendo hora de que
el Estado reconsidere sus relaciones con la Iglesia Católica. Se le
da un trato de favor, motivo por el cuál otras Iglesias también
piden que se les reconozcan derechos y al final todas acaban abusando
de los ciudadanos.
La
Iglesia Católica de vez en cuando saca a sus fieles a la calle a
manifestarse contra actuaciones legales del gobierno de turno. En la
Iglesia Católica hay elementos tan funestos como Setién, Uriarte,
Carles, Reig Pla, Martínez, Pardo, etc. Por no hablar de Rouco o
Cañizares. O de Osoro.
Sería
conveniente que el Estado se desentendiera totalmente de la Iglesia
Católica. Es decir, que dejara de financiarla y de consentirle
extralimitaciones. Los sucesivos presidentes del gobierno y sus
ministros, a título personal, podrían seguir manteniendo sus
vínculos con el credo religioso que gustaran, pero, obviamente, sin
comprometer a los españoles.
El
obispo está en su derecho de editar ese libro y si a Ana Mato no le
parece bien lo que ha de hacer es investigar si incumple alguna ley.
Y si no es el caso, consultar con sus compañeros de gabinete si
convendría que la hubiera.
'El crimen de la calle El Salvador'
'Creciendo juntos'
'Iluminados y perversos'
'Cien palabras'
'La caída de Madrid'
'La muchacha de Catulo'
'Niños, adolescentes y redes sociales'
'El franquismo'
'Creciendo juntos'
'Iluminados y perversos'
'Cien palabras'
'La caída de Madrid'
'La muchacha de Catulo'
'Niños, adolescentes y redes sociales'
'El franquismo'
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