Aznar
ha presentado un libro estos días pasados (también lo ha hecho
González y se dispone a hacerlo Zapatero; ninguno de los tres se
considera culpable de nada, sino todo lo contrario; si las cosas van
mal, la culpa la tiene el demonio; ellos, a dar matraca), y su
partido le ha hecho el vacío.
No
me interesa el libro de Aznar, tampoco los otros dos citados, y, por
tanto, no hubiera ido a la presentación. Pero es que yo no milito en
el PP, ni le debo nada a Aznar. En cambio, muchos del PP que le deben
todo a Aznar, verbigracia el presidente del gobierno, no se dignaron
a asistir.
Tengo
escrito que el agradecimiento es propio de espíritus elevados. Y el
refrán que comienza diciendo “Cría cuervos...” surgió por
algo.
Cuando
Ricardo de la Cierva le dijo a Adolfo Suárez que quería ser
ministro, Adolfo Suárez lo hizo ministro. No sé si fue un acto
inteligente o generoso, pero una de las dos cosas tuvo que ser, quizá
las dos al mismo tiempo.
En
cambio, lo de no asistir a la presentación del libro de Aznar, y
comprarlo, es un acto torpe y mezquino. Aznar ya era así cuando los
nombró ministros, subsecretarios o cualquier otra cosa. O los señaló
con el dedo para que le sucedieran y entonces no le chistaban. Al no
acudir ahora al acto demuestran que entonces no eran sinceros. Y la
pregunta que cabe es: ¿Han sido sinceros alguna vez?
Los
partidos políticos españoles son estructuras piramidales de poder y
en estas condiciones es muy difícil que alguien pueda actuar
sinceramente. Lo que interesa es ganar la confianza del líder,
mientras lo sea. Una vez caído, puede hacer como el abuelo
Cebolleta, contar batallitas sabiendo que los correligionarios que
asistan lo hacen por caridad. Si se lo consiente quien mande en ese
momento.
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