Escribió
Javier Cercas un artículo titulado Sin el Rey no habría
democracia con cuya afirmación no estoy de acuerdo. Sí lo estoy
con la intención del artículo de destacar los aspectos positivos
del reinado de Juan Carlos I, con los cuales pretende salir al paso
de las pretensiones de algunos aventureros descerebrados.
En
el libro 1978. El año en que España cambió de piel aparecen
algunos detalles de como la democracia llegó a España. Pero no hay
que estrujarse mucho el cerebro para comprender que no había nadie
en España capaz de gobernar como lo venía haciendo Franco. Para el
entonces Príncipe era imposible plantearse la idea de manipular a
los distintos poderes fácticos del momento para que hubiera un
aparente equilibrio entre ellos y mantener el poder sobre todos.
Franco había alcanzado mucha pericia en este menester, pero ni él
mismo hubiera logrado mantenerlo durante diez años más.
También
se vio muy pronto que la gente quería democracia y no estaba
dispuesta a ir a ninguna guerra.
No
obstante esa predisposición del pueblo español, Adolfo Suárez tuvo
que echar mano de todas sus cualidades, que ya se vio que eran
muchas, aunque tardaron en reconocérsele, para llevar a cabo la
Transición. Las resistencias que encontró fueron muchas, pero tuvo
que llevarlas a cabo casi en solitario porque quienes debían
ayudarle no se daban cuenta de nada. Estaban embebidos en su papel
histórico, palpándose su importancia todo el tiempo. Adolfo Suárez
murió sin saber que aquéllos habían reconocido su error. Se lo
merecen.
¿Y
qué hubiera pasado sin el Rey o Adolfo Suárez? Ese el arte
adivinatorio que les va a muchos, pero entre los que no me encuentro.
Sin embargo, hay que partir de las evidencias citadas anteriormente:
los españoles no querían guerra y anhelaban la democracia. En lugar
de mirar cómo hacía las cosas Suárez y de darle prisa, hubieran
tenido que hacer el trabajo entre todos los políticos que se
asomaron al primer plano de la actualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario