Ya
conté anteriormente que me llevé una decepción cuando fui a El
Corte Inglés a comprar, o a encargar, si no lo tenían, el libro
1978. El año en que España cambió de piel. Pese al empeño
del personal del establecimiento ni siquiera pudo ser encargado,
puesto que su sistema informático no lo permite. Eso se enmarca
dentro la libertad de El Corte Inglés para vender lo quiere.
Esa
misma libertad le permite vender un libro que da información falsa
sobre Covite, esa asociación ejemplar presidida por la gran Consuelo
Ordóñez.
Y
también le permite vender el libro Cómo prevenir la
homosexualidad, hecho que ha
desencadenado las lógicas protestas.
Casualmente,
o no tan casualmente, puesto que se trata de un asunto importante que
afecta a la convivencia de todos y al bienestar de muchos, en 1978.
El año en que España cambió de piel
hay un capítulo enteramente dedicado a la homosexualidad, en el que
también se habla de la homofobia.
Son
muchas las vejaciones y las injusticias que los homosexuales vienen
sufriendo a lo largo de la historia, con consecuencias dramáticas
las más de las veces, y a
pesar de ello todavía hay mucha gente que se toma el asunto a la
ligera, y eso sin contar con quienes muestran claramente su
homofobia. Hubo quien con
toda desfachatez me dijo que peor que la homofobia es la fobia a los
homófobos.
Mi
opinión personal es que la homofobia debería ser castigada por la
ley. Y que libros como el que
tiene a la venta El Corte Inglés deberían ser prohibidos. Sé que
la libertad de expresión es un bien en sí mismo, pero en este caso
el daño que se puede causar es grande. Por ejemplo: Unos padres que
no saben que lo que importa es
que su hijo sea buena persona, descubren que éste es homosexual y
podrían intentar reeducarle, hundiéndolo para toda su vida. Un niño
necesita ser aceptado por sus padres.
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