El 'ya' de Rajoy

Álex Grijelmo analiza en El País una frase de Rajoy, dando cuenta de pasada de su horrorosa sintaxis, se detiene en el adverbio de tiempo “ya” que figura en la misma. Son altamente significativas ambas cosas, la sintaxis y lo que revela el adverbio.

Pero Jesús Cacho, en Voz Pópuli, habla del programa de Pdr Snchz y entonces vemos, en el caso de que no lo hubiéramos visto con bastante anterioridad, que nuestras carteras corren grave peligro. Ese peligro, además, se engrandece cuando asoma Pablo Iglesias por la esquina y no tranquiliza nada Alberto Rivera ande por ahí.

Quedan, al fondo, los dos elementos que producen algo de tranquilidad, aunque tampoco mucha. Son la mayoría absoluta del PP en el Senado y la vigilancia de la Unión Europea, aunque esta última no tendría nada que decir si nos subieran los impuestos o nos recortaran prestaciones sociales o salarios. De modo que el peligro es grave y esto es debido a las preferencias de los votantes. No cabe echar la culpa a nadie más.

Alfonso Ussía, en un divertido artículo, explica que Rajoy se ha vengado a destiempo de Snchz, y habría que decirle que toda la venganza se produce a destiempo, porque no debería haberse producido. No sirve para nada en cualquier caso. Sí que es acertada su apostilla final en la que señala que no son únicamente dos personas irreconciliables, sino los representantes de doce millones de españoles.

Los dos máximos representantes de la política española tratan de agraviar en cada caso a los votantes del otro. Queda claro en ambos casos que su prioridad no consiste en procurar que la economía de España funcione tan bien que los más desfavorecidos puedan defenderse del frío y del calor, por hablar de una necesidad urgente, sino de servirse de la demagogia para atrapar el poder o seguir en él.

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