lunes, 23 de enero de 2017

Rajoy no presentará los presupuestos en solitario

Al presidente del gobierno le viene favoreciendo la suerte en lo que respecta a su carrera política. Le ha ayudado en ello el hecho de que quienes se han presentado como obstáculos ante él han sido de torpes a muy torpes.
Incluso ese empeño en demonizarlo, presentándolo como la fuente de todos los males ha obrado en su favor, porque abundan los políticos de los que se puede decir que hacen más daño que el pedrisco y eso de centrar en uno todo el mal no es buena estrategia.
El PSOE se vio obligado a abstenerse en la investidura, porque de no haberlo hecho habría sido peor para ese partido. No fue por interés general. Y para poder actuar de ese modo hubo de quitar a uno que todavía no ha comprendido que no había más remedio que actuar así. Pasado el trago, algunos dirigentes de ese partido quieren continuar la inercia boba de los últimos tiempos, sin darse cuenta de que Rajoy sigue teniendo la sartén por el mango, precisamente a causa de la descomposición del PSOE.
Por su parte, el PP también aceptó ir a la investidura porque los votantes no habrían aceptado que no lo hiciera. Tampoco fue por interés general. En ese sentido, es fácil de entender que está esperando una excusa para adelantar las elecciones, pues todo parece apuntar que su triunfo esta vez sería por una mayoría más amplia. De modo que la oposición debe procurar no darle argumentos para que actúe de este modo.
Lo que no se entiende en principio es que el PSOE, a la vista de su escasa capacidad de maniobra actual no se haya ofrecido a colaborar formando parte del gobierno, porque eso sería lo mejor para España. Se entiende cuando se advierte que el cáncer del nacionalismo ha crecido mucho dentro del PSOE, hasta el punto de que lo ha desvirtuado por completo.


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