1978 no sólo fue el año mítico en que
España cambió de piel, sino también en el que los etarras (esos
tipos sanguinarios que un elemento con coletas, descerebrado, dijo
que deberían ir saliendo de la cárcel) prosiguieron con su escalada
terrorista.
Si no me he equivocado al contar, fueron
68 las personas que murieron ese año a manos de ETA, esa excrecencia
miserable del pueblo vasco. Todavía no se ha visto que el PNV
convoque una manifestación exigiendo que los terroristas cumplan
íntegramente sus penas, en las cárceles que les hayan tocado, ni
que les exijan que ayuden a resolver los casos pendientes. Esperar
esto mismo de Bildu o Podemos sería quimérico. Al PNV cabe
echárselo en cara porque dicen ser tan creyentes y se reúnen tanto
con obispos y curas, y sus votantes van a misa, que se les puede
pedir que sean coherentes. Y a los curas y obispos vascos también.
Uno de los asesinados ese año, de forma
tan brutal y cobarde como es propio de ETA, fue José Rodríguez de
Lama, cabo primero de la Guardia Civil, que tenía dos hijos y su
esposa, María del Carmen Villar, estaba embarazada de ocho meses. La
mujer tuvo que enterarse por la radio de su marido había muerto en
el atentado.
En aquel tiempo ni la sociedad española
ni el Estado estaban a la altura de las circunstancias, en lo que
respecta a las víctimas, motivo por el cual en 1981 tuvieron que
constituirse en asociación.
Nunca la sociedad española, ni el Estado
se han comportado con las víctimas como deberían, puesto que la
sociedad las olvida y los partidos políticos en el Poder han tratado
de instrumentalizar a las asociaciones de víctimas en su beneficio o
de dividirlas. A veces ambas cosas.
Tampoco Francia, demostraba su Grandeur,
sino que servía de refugio a los terroristas.
No obstante, las asociaciones han hecho
su trabajo, puesto que tienen la fuerza de la razón. Covite mantiene
su total independencia de todos los partidos. Las víctimas del
terrorismo merecen todo el apoyo y toda la ayuda de la sociedad
española. Tanta solidaridad, de boquilla, con los refugiados y tanto
olvido real con las víctimas del terrorismo.
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978. El año en que España cambió de piel'
'Por qué España'
‘Búsqueda y desarrollo del talento’
'Filosofía, teología y el sentido de la historia'
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