lunes, 24 de julio de 2017

A Pérez-Reverte le falta un dato

Y es natural que así sea, puesto que creo que, al menos por ahora, no figura en los libros de historia. Para captarlo había que estar al corriente de la actualidad en el momento en que salió a la luz. Me refiero a lo que cuenta sobre la Transición.
El propio Pérez-Reverte nota que falta algo en el relato de los hechos para que todo encaje, y dice esto: «Ignoro, en verdad, lo inteligente que podía ser don Juan Carlos; pero sus consejeros no tenían un pelo de tontos.»
No voy a desvelar el dato, puesto que está en el libro ‘1978. El año en que España cambió de piel’. En el primer capítulo concretamente. Con esto se comprende perfectamente la Transición, que para mí comprende el periodo comprendido entre el nombramiento de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno y las primeras elecciones democráticas, una vez que se ha hecho el cambio de la ley a la ley. La legislatura constituyente ya cae dentro del periodo democrático.
Una cuestión a considerar de ese tiempo es el papel de Felipe González y su entonces inseparable Alfonso Guerra en el asunto, puesto que debieron ser convencidos por Santiago Carrillo para que accedieran a colaborar con Adolfo Suárez en el empeño.
Les proponía una democracia plena desde el primer momento y lo que les pedía es que colaboraran para sentar las bases de la misma, el marco legal en que se tenía que desenvolver.
Ellos pretendían en un primer momento la ruptura con el régimen de Franco y Carrillo les hizo ver que esa actitud provocaría mucho sufrimiento en los españoles y quizá algo peor, y el riesgo de que la democracia no llegara a formalizarse.
Lo aceptaron con muchas reticencias y no llegaron a darse cuenta de que era indispensable la separación de poderes, porque lo que querían era el poder. O sea, que no eran tan demócratas como se creían.

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