Cuando el asesinato de Miguel Ángel
Blanco, el alcalde de Ermua, Carlos Totorika estuvo a la altura de
las circunstancias, comportándose con nobleza, rectitud y fortaleza
moral, virtudes estas que sin duda poseen muchos votantes
socialistas, al menos de los primeros tiempos.
Esas virtudes, sin embargo, se han echado
en falta en los dirigentes del PSOE y de forma clamorosa, en los
últimos, Zapatero y Sánchez, llenos en cambio de sectarismo y deseo
de hacer el mal. Entre los dirigentes socialistas habría que salvar,
no obstante, a unos pocos, como Pedro Aparicio, Nicolás Redondo
Terreros y alguno más.
Hay en la izquierda más cerril un
sectarismo y un deseo de revancha que no auguran nada bueno. El
sectarismo es criticado por todos, incluso los propios sectarios, que
no se dan cuenta de que lo son. Y la revancha es imposible de llevar
a cabo, porque la guerra terminó en el 39 y no es probable que quede
ninguno de los intervinientes y si quedara tampoco sería de los más
relevantes. Los responsables de que se produjera la guerra, tanto de
derechas como de izquierdas, ya no están. Esas ansias de revancha,
que no pueden ser sino heredadas, nunca han tenido sentido, pero
ahora menos que nunca.
La Transición fue una gran idea, porque
significaba la reconciliación entre los dos bandos. Fue Santiago
Carrillo quien convenció a Felipe González para que participara en
ella. Algunos querían la ruptura, y sólo pensar en ella y lo que
habría sucedido pone los pelos de punta.
Lo que se hizo mal fue no establecer la
separación efectiva de poderes y concederles a los nacionalistas más
fuerza y representatividad de la que realmente tenían.
La ruptura ya no puede tener lugar,
porque entre los jóvenes de hoy, incluidos los del PP se ha
instalado la idea facilona de que Franco se levantó un día por la
mañana y se dijo: Voy a dar un golpe de Estado e instaurar un
dictadura.
Carlos Totorika, en su día, representó
el espíritu de la Transición. La gente mezquina que le niega el
homenaje a Miguel Ángel Blanco representa la traición, la
deslealtad y la cobardía.
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978. El año en que España cambió de piel'
'Cantos al camino'
'Historias de la otra razón'
'Por qué España'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978. El año en que España cambió de piel'
'Cantos al camino'
'Historias de la otra razón'
'Por qué España'
No hay comentarios:
Publicar un comentario